Libres de humo
Un ambiente limpio, libre de contaminación, es sin duda una de las formas de estar sanos. Sea este espacio nuestra casa, trabajo o sitios que frecuentamos constantemente. Ante esto, me alegra leer notas positivas como que trece nuevas empresas y entidades recibieron recientemente el certificado de “Espacio 100% libre de humo” de parte del Ministerio de Salud Pública. Suman así más de 400 entidades solo en Portoviejo. Sin duda esto representa una gran noticia para quienes queremos respirar aire puro, más ahora que vivimos parte de nuestros días con mascarillas, y al quitárnosla queremos sentir el oxígeno en nuestros pulmones. Me alegro especialmente por la salud del fumador pasivo, que es esa persona que, a pesar de no fumar, sin querer inhala aire contaminado con altas concentración de nicotina y monóxido de carbono. Y por ende, corre riesgo de enfrentar enfermedades respiratorias. Sin duda cada fumador decide cuántos tabacos consume día a día, lamentablemente su acción siempre afecta a terceros, por eso es necesario que se señalicen bien los lugares donde ellos pueden fumar y dónde no. En lo personal, no me gusta el cigarrillo. Tengo amigos fumadores, y me ha tocado convertirme en fumadora pasiva sobre todo en las reuniones sociales donde son inevitables estas situaciones. El MSP desarrolla la campaña que promueve los espacios libres de humo, especialmente en esta época de covid-19, ya que personas han adquirido afecciones pulmonares muy graves y he escuchado algunos casos de quienes han quedado con lesiones delicadas. Según datos estadísticos, más del 70 por ciento de casos de cáncer de pulmón está asociado al consumo del tabaco y afecta especialmente a personas mayores de 60 años. Solemos mirar estos problemas superficialmente, pero la experiencia de conversar con una persona que vive con un tanque de oxígeno las 24 horas al día es muy difícil; y me imagino lo complicado y doloroso que será para quien padece cáncer de pulmón, bronquitis, asma, por citar unas pocas enfermedades. Esta afectación también afecta emocionalmente a los involucrados. Y sumado al daño que causa al cuerpo, el tabaco o cigarrillo también daña al medio ambiente, ya sea contaminando aire, agua y tierra a través de las colillas. Obviamente, detrás de la producción de cigarrillos hay empresas, trabajadores y gente que vive de esta manufactura en todo el mundo. Y no va a desaparecer, siendo realistas, pero sí puede contribuir en algo para mitigar los daños causados a la Tierra, ya sean proyectos de reforestación, campañas para la correcta eliminación o reciclaje de las colillas, etc.