Créditos y violencia
Dos palabras tan disímiles, con las que empiezo este comentario, que, de hecho, no tienen nada que ver la una con la otra; pero que, sin embargo, dibujan la faz del país en los actuales momentos. Porque mientras, por un lado, el presidente Lasso ha creado un sistema de créditos de fácil llegada, para reactivar la economía, la misma que ha sido echada al traste no solo por efectos de la pandemia terrible, como también por causas directas relacionadas con la corrupción dejada, y de la que no podemos librarnos, si todos los días aparecen nuevos casos, para que nuestra justicia, haga su trabajo, ‘’atareada a su manera’’ y con pocos resultados. Porque el sistema judicial quedó enfermo y gravemente lesionado, de tal suerte que, a mi modo de ver, seguiremos naufragando, para largo, en este berenjenal insólito...
Sin dudas, que los créditos que ya están vigentes a ese interés y con las facilidades que, al menos, así se las proclama, constituirán un acomodo a las economías de los beneficiarios. Y en este ámbito, hay que tener mucho cuidado porque la viveza criolla, de seguro, ya está plantando sus banderas en el marco de la creatividad perversa y delictiva. Pero, de la misma manera que ese aliento embriaga el alicaído bolsillo del ecuatoriano común, la violencia se ha destapado de tal manera, que solo en lo que va de este mes de enero ya hay casi cuarenta asesinados en una región específica del país. Y lo que es peor y, asombra, de verdad, es la cantidad de droga que diariamente se incauta en todo el territorio nacional, lo cual detalla sin mayores esfuerzos la situación que en este marco delictivo horroroso, el país ha caído. Tienen que necesariamente reformarse las leyes penales; y la Constitución de Montecristi desecharla a través de una gran consulta popular, que cuente con la anuencia de los verdaderos ecuatorianos (asambleístas patriotas incluidos) que ya no soportamos tanta indiferencia... Pienso, incluso, que la propia estupidez está de acuerdo...