La polémica por el aeropuerto
El tema aeropuerto de Portoviejo ha dejado muchos sinsabores en unos, y en otros la ilusión de que en aquellos terrenos se levante el desarrollo de Portoviejo como ciudad. Justificar, argumentar y dar explicaciones técnicas sobre lo que una ciudad tiene como activo ha creado alrededor del tema aeropuerto un choque de fuerzas que pudo haberse evitado desde hace mucho tiempo si se respetaran las voces de quienes piensan diferente o de quienes apuestan al desarrollo de Portoviejo desde la concepción de un aeropuerto o desde una cadena de edificios.
Y es que no se pidió construir un aeropuerto; solo se pedía que el administrador de la ciudad pensara en abrirlo, porque el aeropuerto existía y había sido repotenciado justo cuando se cerró. No justifico que hayan pasado 11 años, un terremoto, una pandemia y sabiendo de la seguido en el olvido. ¿Por qué no se tomó la decisión de la reapertura del aeropuerto que teníamos mientras se proyectaba la nueva ciudad en esos terrenos?
Se ha deteriorado tanto este activo, se ha cercenado, se han tomado decisiones unilaterales, inconsultas, cuando hay una ciudadanía con criterios divididos. Algunos tachan de mediocres, locos y atrasa pueblos a quienes defienden la importancia, necesidad y valor del aeropuerto; otros intentan desde los recursos jurídicos y técnicos evitar la desmembración de este activo que por 80 años ha sido parte de Portoviejo.
La decisión de cerrar el aeropuerto fue de afuereños que nunca vieron a Portoviejo con la importancia de la capital de Manabí y como el clúster de salud y de negocios que esto significa.
Cómo entender que un activo de más de doscientos millones hoy se venda en vauna explicación del porqué nuestras autoridades en su paso por la administración pública de la ciudad actúan en ciertos actos con premura y desventaja para Portoviejo, que alguien nos indique qué dijeron los concejales que permitieron esta venta, que alguien nos diga cuándo se construirá el sueño de Villanueva plasmado en estudios; porque mientras tanto ya no tenemos aeropuerto.
Las grandes obras por muy hermosas que parezcan cuando no son sostenibles y sustentables en el tiempo terminan siendo una decepción; cuando no se considera la cultura e idiosincrasia de nuestra gente, nuestro sentir y pensamiento por los administradores que elegimos; que no escuchan y que el estudio socioeconómico de la ciudad lo dejan de lado; desconociendo nuestra realidad, sin enseñar a que cuiden y valoren las obras, estas pueden deteriorarse y quedar en