MADRUGAN POR LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN
FE. CIENTOS DE FIELES TIENEN LA TRADICIÓN DE ACOMPAÑAR A LA VIRGEN DE LA MERCED EN EL ROSARIO DE LA AURORA.
Eran las 05h13. Ya con 63 años y dolores en los huesos, sabe que la baja temperatura le afecta, pero lo desafió porque cada año, en el mes de septiembre, participa con mucha devoción en los recorridos que la Virgen de La Merced, patrona de Portoviejo, realiza durante 15 días por las calles de la ciudad.
Aseguró que esta es una tradición que disfruta desde que era una niña, además recordó que “Mechita” la protege, por eso se abrigó un poco, agarró dos velas que prendió desde la calle 15 de Abril y repetía en voz baja las oraciones que el sacerdote expresaba en un altavoz.
En la calle 10 de Agosto, en cambio, Annabel Bedón, de 73 años, esperaba el paso de la imagen. Por eso, desde la noche anterior, arregló un altar que decoró con globos, un póster y muchas réplicas de la Virgen.
Ni el dolor que tenía en la garganta la hizo temer a salir en la fría madrugada portovejense. “A mí la Virgen me cuida, ni siquiera en la pandemia del covid me enfermé’’, dijo segura.
TRADICIÓN. Como ellas cada día, desde el 9 de septiembre, miles de personas participan en los recorridos de la imagen religiosa que se inician a las 05h00 en la iglesia La Merced. Allí, revestidos de fe y devoción, completan las caminatas que en algunos casos son de más de tres kilómetros, que los llevan por diversos barrios y cuyo periplo cambia en cada jornada.
En el trayecto, donde los rostros apenas se divisan, hay quienes prenden fuegos artificiales, otros colocan guirnaldas y hasta hay quienes contratan mariachis para alegrar la caminata. Hay quienes van los 15 días del rosario de la aurora, sobre todo cuando deben pagar una manda o agradecer por un milagro, como el caso de los esposos Orlando Ponce y Cruz Mendoza, quienes hace varios años entregaron su hijo a la Virgen en su ingreso a la Escuela Superior Militar, en Quito. Actualmente aquel joven ya es un mayor del Ejército y sus padres viven agradecidos por esa bendición.
Cada devoto tiene su historia. Así está la que consiguió trabajo, el que se va a someter a una cirugía y pide por su salud, y quienes simplemente siguen la tradición desde que eran infantes y les recuerda los recorridos con su madre.
Antes de las 06h00, cuando el día empieza a aclarar, los devotos llegan hasta la iglesia cargando la imagen, muchos se van a la casa o sus trabajos, otros ingresan al templo a participar en la misa, y unos más se quedan buscando un poco de calor en los puestos de morocho.
Aunque la calle estaba oscura y hacía frío, Luisa Parrales salió al recorrido madrugador de la Virgen de La Merced.