El Diario (Ecuador)

‘ESCAPÉ DE LA MUERTE, PERO TODAVÍA NO DE LAS DROGAS’

Richard Delgado• Chofer profesiona­l y adicto en recuperaci­ón. ENTREVISTA. LO HA PERDIDO TODO. DE SUS 54 AÑOS DE VIDA, 41 LLEVA COMO ADICTO AL ALCOHOL Y LAS DROGAS. AHORA INTENTA REHABILITA­RSE POR TERCERA VEZ.

- Redaccion@eldiario.ec

Las cicatrices en su cráneo, mano derecha y pecho son la evidencia de que a Richard Delgado aún no lo quieren ni en el cielo ni en el infierno.

Él dice que aún tiene la esperanza de redimirse de todos sus pecados, pues de lo que sí está seguro es de que aún tiene una tarea por cumplir y sospecha que es la de dar testimonio de su lucha como adicto. Los últimos dos años ha permanecid­o internado en una clínica de rehabilita­ción. Este es su tercer intento y espera lograrlo. Cree que si sobrevivió a un asalto que lo dejó al borde de la muerte, podrá cumplir su más anhelado sueño, recuperars­e y ver de nuevo a su familia.

¿Qué es lo más arriesgado que ha hecho para consumir drogas y alcohol?

Yo estuve a punto de morir y al escuchar mi historia, la gente suele pensar que fue eso lo que me motivó a intentar un cambio en mi vida, pero no fue así. Después del asalto que me dejó varias heridas de bala en el cuerpo, estuve en coma por 28 días. Cuando desperté, a la primera que vi fue a la que en ese entonces era mi mujer.

Ella lloraba y agradecía por mi vida. Pero, ¿sabe lo que yo hice? Unos días después me escapé del hospital para ir a beber y a drogarme. Usé la plata que me habían dejado unos amigos para las medicinas. Creo que eso ha sido lo peor que he hecho. Mis padres y mis hijos me fueron dejando desde entonces.

¿Cómo fue el asalto?

Eso pasó hace cuatro años. Yo tenía un taxi y me salió una carrera para Santa Ana, en la noche. Mi mujer no quería que fuera, tenía una corazonada, pero decidí ir porque el día había estado malo. Al llegar, la clienta me pagó más de lo que habíamos acordado, yo estaba contento. Saliendo de allá me intercepta­ron unos tipos para asaltarme, lo primero que hicieron fue disparar contra el carro hasta que me encuneté. Luego se bajaron de la moto y escuchaba que uno de ellos pedía que me matara. Entonces dispararon otra vez, una de las balas impactó en el dedo meñique, esa mis

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