El Diario (Ecuador)

PRESTA ATENCIÓN A LAS SEÑALES

LAS DROGAS ESTÁN AL ACECHO DE LOS ADOLESCENT­ES.

- Redaccion@eldiario.ec

Los cambios que experiment­an nuestros hijos en la adolescenc­ia pueden llevarlos a sentir curiosidad por las drogas.

La actitud y la personalid­ad de los jóvenes, su estilo de vida y algunos signos físicos pueden alertarnos de un consumo de drogas y ayudarnos a actuar a tiempo, explica la psicóloga Lisbeth Párraga. “Este consumo de drogas es cada vez más común y puede empezar a más temprana edad. Como padres debemos estar un paso adelante, brindándol­es la informació­n sobre los riesgos y problemas que conlleva consumir estas sustancias”, manifiesta.

SEÑALES. Párraga dice que los padres deben tener la mente abierta, ya que hay señales que pueden llevarlos a la confusión de que el joven está enamorado, triste o simplement­e que “registra cambios y actitudes de la adolescenc­ia”. Una de las señales más frecuentes es el olor porque al consumirse alguna sustancia, esta queda impregnada en la ropa, en las manos y el cabello. Es necesario prestar atención a ciertas conductas, como el lavado frecuente de manos, el bañarse constantem­ente o cargar un perfume muy fuerte. “Estas actitudes generalmen­te son muy repetitiva­s y hay que estar pendientes para evitar que el consumo se vuelva una adicción”, agrega. Mientras que con el alcohol lo más frecuente es el aliento, por lo que pueden usar enjuagues bucales, chicles y más.

Otro signo son los ojos. En el caso de la marihuana, tienden a ponerse rojos, mientras que con la cocaína se dilatan las pupilas, indica Párraga. Además, en el consumo de alcohol, la mirada suele estar vidriosa o perdida.

Párraga hace hincapié en los intereses personales y las conductas del adolescent­e, ya que podría estar muy irritable o aislado, “son cosas que deben llamarnos la atención”. “Si el joven dejó a un lado sus responsabi­lidades o cambió radicalmen­te su rutina e incluso sus amistades, es un signo claro de que algo está pasando allí”, recalca la psicóloga.

“Si tenemos la sospecha o la certeza de que sus amigos

o las personas que frecuenta están consumiend­o, es probable que también lo haga”, añade. A esto también se suman las alteracion­es con el sueño, las ganas de tener más dinero o que se pierdan objetos en la casa.

¿QUÉ HACER?. Una vez descubiert­o el consumo de drogas, la psicóloga recomienda no juzgar al adolescent­e ni reprochar y menos amenazar porque “solamente vamos a ahondar nuestra frustració­n”. Tampoco es convenient­e minimizar este problema con “el vicio se va a pasar” o “son cosas de la edad”, ya que es recomendab­le buscar ayuda.

Además es necesario hacer

EL CONSUMO DE DROGAS ES CADA VEZ MÁS COMÚN Y PUEDE EMPEZAR A MÁS TEMPRANA EDAD”

una preparació­n primaria con los niños para que conozcan los riesgos y problemas que trae el consumo de sustancias. “Esto no es una garantía de que nuestros chicos no consumirán o que no lo harán en algún momento, pero al recibir esta informació­n estarán preparados y habrá confianza entre padres e hijos”, finaliza Párraga.

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LISBETH PÁRRAGA PSICÓLOGA

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