UNA TRAMPA PARA EL CEREBRO
EL CEREBRO SE RECONFIGURA A SÍ MISMO, SEGÚN UN NUEVO ESTUDIO.
Los alimentos con alto contenido en grasa y azúcar alteran nuestro cerebro, con el objetivo de que queramos comerlos.
Así lo revela una nueva investigación realizada por científicos del Instituto Max Planck de Investigación del Metabolismo de Colonia (Alemania), en colaboración con la Universidad de Yale (Estados Unidos).
PRUEBAS. Sharmili Edwin Thanarajah, autora principal del trabajo, indicó que nuestra tendencia a comer alimentos ricos en grasas y azúcares, llamada dieta occidental, “es innata, como consecuencia de que el cerebro
aprende esta señaló.
Para probar dicha hipótesis, los investigadores dieron a 16 voluntarios un pequeño pudín que contenía mucha grasa y azúcar al día, durante ocho semanas, además de su dieta normal.
Por su parte, otro grupo de 16 personas recibió un pudín que contenía el mismo número de calorías, pero menos grasa. “La respuesta del cerebro a los alimentos ricos en grasas y azúcares aumentó considerablemente en el grupo que comió el pudín rico en azúcares y grasas después de ocho semanas”, informó Marc Tittgemeyer, director el estudio.
Esto activó especialmente el sistema dopaminérgico, la región del cerebro responsable de la motivación y la recompensa.
preferencia”,
“Nuestras mediciones de la actividad cerebral mostraron que el cerebro se reconfigura a sí mismo mediante el consumo de patatas fritas y compañía. Subconscientemente aprende a preferir los alimentos gratificantes. A través de estos cambios en el cerebro, inconscientemente siempre preferiremos los alimentos que contienen mucha grasa y azúcar”, añadió Tittgemeyer.
MÁS DETALLES. La revista Nature, que publicó avances de esta investigación, también informa que durante el periodo de estudio, los probandos no aumentaron más de peso ni sus valores sanguíneos. El azúcar en la sangre o el colesterol tampoco variaron.
Sin embargo, los investigadores suponen que la preferencia por los alimentos azucarados continuará una vez finalizado el estudio.
“Se crean nuevas conexiones en el cerebro, y no se disuelven tan rápidamente. Al fin y al cabo, el objetivo del aprendizaje es que, una vez aprendido algo, no se olvide tan rápidamente”, ha detallado Tittgemeyer.