MUJERES APRENDEN DE ELECTRICIDAD
MANTA. A INICIOS DE JUNIO CONCLUYE EL CURSO. HAY VEINTE PARTICIPANTES Y AL FINAL PODRÁN DESEMPEÑARSE INDEPENDIENTEMENTE.
Priscila Prado, de 18 años, está segura de que asistir a un curso de electricidad le brindará nuevas oportunidades de trabajo.
Ella estudia el segundo semestre de la carrera de Trabajo Social en la Universidad Eloy Alfaro, pero ya realiza pequeños trabajos domésticos sobre instalaciones eléctricas.
Hace unos días hizo un trabajo a su hermano, quien improvisó una tienda de víveres en el patio frontal de su casa y necesitaba varios puntos de luz.
Actualmente, luego de haber recibido varias clases sobre electricidad, Priscila ya se arriesga a instalaciones eléctricas, ya sean de tomacorrientes, enchufes, boquillas para focos y principalmente sabe diferenciar el tipo de cables que se utilizan para los diversos voltajes de una vivienda común, detalló.
Su hermana Naomí (16) también aprende sobre electricidad. Ambas llevan dos meses recibiendo clases todos los sábados de 14h00 a 18h00.
Las hermanas Prado junto a Kenyerly Palacios, Katherine Santana y Anny Ávila son parte de un grupo de veinte alumnos, que en su mayoría son varones.
Naomí reconoce que al principio el miedo a la corriente era su infaltable compañero, pero poco a poco fue superando esos temores y ya resuelve problemas domésticos concernientes a la electricidad. Incluso han ayudado a varios familiares.
Canadian Jesuits Internacional es la organización que financia el curso a través de la Fundación Río Manta, que desde hace varios años capacita a jóvenes en determinados talleres para que emprendan a futuro y se autosustenten.
El curso de electricidad se desarrolla en el Centro Educativo de Capacitación Laboral (CECAL) de Fe y Alegría, y culminará la primera semana de junio.
PODRÁN TRABAJAR. Leonardo Cedeño, profesor del curso, señala que al finalizar la capacitación los alumnos podrán hacer instalaciones domésticas de manera independiente o trabajar como oficiales. Todos obtienen conocimientos en las formas de generación de energía, tipos de corrientes y circuitos. A cada alumno se le facilitó una caja de herramientas con materiales básicos para iniciar su aprendizaje. En casa de las hermanas Prado, sus padres Carlos y Josefa están contentos por esta iniciativa de sus hijas. “Soy un estibador desde hace 25 años y me da gusto que mis hijas no se conformen y aprendan cosas nuevas gracias a esta oportunidad; pero, principalmente, porque son parte del grupo de personas que rompen esquemas de una sociedad machista”, indicó.