Jubilarse en Ecuador
El placer en el trabajo lleva a la perfección de la obra”. No concibo la tarea encomendada sin estos elementos que la hacen buena y noble. Así lo que podría llamarse retiro debe ser digno y consecuente, acogerse a la jubilación es el siguiente paso a la vida serena con la posibilidad del disfrute total, en consecuencia tener acceso a este derecho no puede ser motivo de preocupación y ausencia de sueño.
En los últimos meses hemos escuchado noticias que dan cuenta de las acciones que el Gobierno está realizando en relación con este tema, desde la conformación de una comisión hasta cifras groseras que se identifican claramente con la irresponsabilidad en el manejo de los recursos del
Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), institución saqueada ferozmente por gobiernos que no han respetado su autonomía, menos los fondos que son de los asegurados y jubilados.
Es inadmisible que estén en cuestionamiento y para revisión: el aumento de la edad para acceder a la jubilación, el alza del monto de los aportes de los trabajadores, los salarios en base a los cuales se fijará la pensión jubilar, y lo grotesco: la reconversión financiera gubernamental, en relación con la deuda histórica del Estado con el IESS. No se puede afectar este derecho. ¡No, Señor Presidente! Se trata de cumplir con quienes han entregado los mejores años de su vida laboral a una sociedad que debe acogerlos con generosidad y respeto; con una institución saqueada que nos pertenece a todos. Buscar artificios para conculcarlo, es por decir lo menos, vergonzoso.
Queremos jubilación con calidad de vida, es decir, con unas condiciones óptimas en relación con salud, economía, relaciones familiares y de entorno social, lo que se mide en bienestar físico, emocional y espiritual, como las más relevantes, que no pueden estar supeditadas a la esperanza de vida que se haya logrado alcanzar que, de acuerdo a los últimos estudios de Unfpa-ecuador, es de 80 años para las mujeres y de 74,5 en los hombres.
Sin vueltas ni comisiones, la solución es: ¡pagar la deuda histórica al IESS!