Debate presidencial: la previa
Hasta hace muy poco tiempo, en la arena electoral ecuatoriana, existía un paradigma mayoritariamente aceptado -en la política los debates no tienen gran importancia-. Debido a esta premisa, desde los expertos en la materia, hasta la inmensa mayoría de la población, coincidían en asegurar que las elecciones ni se ganan ni se pierden en los debates.
Pero como vivimos en una sociedad extremadamente dinámica y cambiante, ningún concepto está escrito en piedra, y ninguna verdad es indiscutible. Es así como un evento de escasa trascendencia popular pasó a tener gran preponderancia, debido especialmente a que los recientes debates presidenciales han tenido acontecimientos de altísimo rating. Imposible olvidar la frase “Andrés, no mientas otra vez” acuñada en el 2021 por el entonces candidato Guillermo Lasso, expresión que pegó fuerte en la mandíbula de su contrincante Andrés Arauz, quien cayó fulminado sobre la lona, terminando por nocaut el debate de segunda vuelta, batalla épica entre viejos enemigos políticos, el correísmo y la derecha del banquero Lasso. Este último, a la postre, resultó electo presidente.
En el debate de esta primera vuelta, presenciamos un ring repleto de peleadores, que limitados por un estricto formato de tiempo y participación, lucharon ferozmente por captar la atención de los ecuatorianos interesados en el evento. En el fuego cruzado entre los más fuertes (Topic, Sonnenholzner, González y Yaku), un candidato se dedicó a brindar propuestas, Daniel Noboa, volando bajito y a pasos seguros, supo llegar ileso y con sensación triunfal al final del debate. Días después, contra todo pronóstico, pasó al balotaje.
Para esta segunda vuelta, el debate entre Luisa González y Daniel Noboa ya tiene fijadas las reglas del juego (4 ejes: economía, política, seguridad, social), orden de intervenciones (preguntas, respuestas, réplicas, contrarréplicas), fecha (domingo 1 de octubre a las 19h00-duración de 2 horas) y la periodista Ruth del Salto será la moderadora. El ambiente electoral parece tranquilo, pero seguramente, es la calma que precede a la tormenta que irá tomando fuerza conforme se acerca la hora del pitazo inicial.
Si el resultado del debate –como hemos visto- será primordial para la elección del futuro presidente, espero que los candidatos estén a la altura de las demandas de un pueblo que vive su crisis más oscura. A ellos les dejo una frase el expresidente de EE. UU. Barack Obama: “No podemos confundir absolutismo con principios, o sustituir espectáculo por política, o tratar los insultos como un debate razonable.”.
“LA INTELIGENCIA ES LA FUNCIÓN QUE ADAPTA LOS MEDIOS A LOS FINES”