ESTUDIANTE ASESINADO POR SICARIOS IBA A DESFILAR HOY
VIOLENCIA. EL MENOR DE EDAD, VÍCTIMA COLATERAL DE UN ATAQUE ARMADO EN ROCAFUERTE, HABRÍA INTENTADO PROTEGER A SU NOVIA DURANTE EL TIROTEO, SEGÚN ALLEGADOS.
Hoy, mientras Rocafuerte celebra sus 171 años de cantonización, una madre le dará el último adiós al mayor de sus hijos.
Ella debía ser parte de esa celebración. En lugar de amanecer con el féretro de su hijo en la sala de su casa, debió despertar temprano para ganar un lugar en la calle principal de la ciudad y ver pasar a su “niño” tocando el tambor de la banda musical de la Unidad Educativa Federico González Suárez.
Ahora su instrumento, su uniforme y sus sueños son elementos de una trágica historia que refleja una violencia sin precedentes que sigue arrebatando vidas. N. A. V. V. será sepultado hoy. El adolescente, de 16 años de edad, murió víctima de un ataque armado. El hecho violento, que además cobró la vida de un hombre de 25 años de edad, ocurrió la tarde del jueves a pocos metros del establecimiento educativo, ubicado en el sitio Resbalón del cantón Rocafuerte.
MOMENTOS DE TERROR. Ana (nombre protegido) de 14 años, fue testigo del suceso. Todo pasó muy rápido, recuerda. De pronto se escucharon los disparos, sus compañeros corrían asustados buscando dónde esconderse y otros caían desmayados.
El peor momento fue cuando vio al adolescente con una herida de bala en el abdomen. “Él iba con su novia (también estudiante), estaban cerca de la panadería cuando todo pasó. Él trató de protegerla”, contó Ana, quien recordó los gritos desesperados de la pareja del menor de edad.
“Ella pedía que no lo dejaran morir, pero también estaba herida. Un tiro le cayó en el hombro”, añadió Ana. La voz de su madre se quiebra al escuchar su relato y recordar los minutos de angustia que ella misma vivió cuando fue a buscarla. Su corazón palpitó con fuerza cuando escuchó los disparos y su primer pensamiento fue para su hija. Ayer aún sentía un vacío en el estómago por el miedo a que algo malo ocurriera otra vez y que la desgracia le tocara a ella.
DOLOR. Cerca del mediodía, algunos estudiantes del plantel empezaron a llegar a la casa de su compañero, en la comunidad La Morlaca. Ángel Intriago dijo que su sobrino cursaba el segundo año de bachillerato y era el mayor de tres hermanos. “Vivimos aterrorizados, esto es lo que pasa a diario”, manifestó el hombre.
A unos metros del lugar, otra familia lloraba a uno de los suyos. Eran los hermanos, tíos y padres de Jefferson Miguel Bazurto Zambrano, a quien, según las primeras indagaciones de la Policía, iba dirigido el ataque armado. El hombre habría intentado escapar de sus verdugos, quienes se movilizaban en una motocicleta. Esto ocurrió precisamente a la hora de la salida de los estudiantes, por lo que los disparos alcanzaron al supuesto blanco y a dos alumnos, víctimas colaterales. La Policía informó que los asesinos usaron un revólver para disparar.
Álex Salgado, comandante (s) de la Subzona Manabí, informó que Bazurto Zambrano no registraba antecedentes penales, pero que tenía dos expedientes abiertos, sin precisar por qué tipo de situación. Por su parte, sus familiares dijeron desconocer los motivos del ataque o si había recibido alguna amenaza. Lo recordaron como un joven tranquilo y querido por la comunidad. No deja hijos en la orfandad.
LUTO. Hoy, en el desfile por la cantonización de Rocafuerte, la gran ausente será la banda de música de la Unidad Educativa Federico González. Sus tambores, liras y bastoneras se silenciaron en honor a sus víctimas, una pareja de enamorados que estuvo en lugar y momento equivocados.
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