Jóvenes prefieren medicina y derecho
A pesar de que hay cientos de opciones, estudiantes prefieren especialidades tradicionales.
Pese a que en 2020 las universidades públicas e institutos tecnológicos ofertaron 343 carreras, el 60 % de las 393.276 solicitudes de cupos se centraron solo en 15 programas académicos considerados como tradicionales. Entre estos medicina, arquitectura y derecho.
Para autoridades de las instituciones de educación superior esa realidad es parte de una cultura que prefiere hacer énfasis en el nombre del perfil profesional más que en las necesidades laborales que tiene el país.
Hay una historia que siempre se repite, en general, entre las familias del Ecuador: la influencia sobre lo que deben estudiar los jóvenes una vez que se acerca el momento en que se van a convertir en bachilleres.
“Estudia medicina, sé arquitecto, ¿por qué no eres abogado?”, son algunas de las palabras que se acostumbran a decir, lo que ha desencadenado en que miles de estudiantes de colegio busquen la misma carrera universitaria.
Ello se ha reflejado en las estadísticas. Según los datos del Sistema Nacional de Nivelación y Admisión, en el 2020, 393.276 personas solicitaron un cupo en una institución de educación superior del Ecuador, y el 60 % de esas solicitudes se concentraron solamente en 15 de las 343 carreras.
Para el rector del Instituto Tecnológico del Azuay, Marcelo Aguilera, los datos exhiben un problema cultural que está presente en el país desde hacía varios años y que tienen que ver con la importancia que se le da al título universitario.
“Pensamos que las carreras más demandadas como medicina, derecho, administración de empresas nos dan algún futuro, y eso no es cierto. Esas carreras están sobresaturadas y tenemos más profesionales de lo que requiere el mercado… Tenemos más administradores de empresas, que empresas”, opinó Aguilera.
Sobre las carreras que están escogiendo los bachilleres, para el vicerrector académico de la Universidad de Cuenca, Juan Leonardo Espinoza, no solo sucede en la institución local sino en todas las universidades del Ecuador.
No obstante, según Espinoza, ante la realidad que termina dejando sin una salida laboral para quienes logran graduarse en las mismas carreras, sí se puede hacer algo: mostrar esas distintas carreras que no son las tradicionales.
“Hay carreras que están ganando espacio, como psicología, por todo el contexto que estamos viviendo. Y lo que queremos y lo que estamos haciendo como universidad es informar de las carreras que también tienen un potencial de insertarse en el mercado”, dijo Espinoza.
Ante la concentración de la demanda en pocas carreras, la Universidad de Cuenca solicitó, a través de una propuesta a las reformas en la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), la inversión de procesos sólidos en orientación vocacional para los jóvenes.
Procesos
Felipe Méndez, psicólogo educativo, ha trabajado con varios jóvenes como orientador vocacional, y en sus años de trabajo ha caído en cuenta en que las propias instituciones educativas les encasillan en ciertas carreras.
Por ejemplo, los bachilleres que estudiaron una carrera técnica creen que deben seguir en la misma línea en la universidad, cuando en realidad querían continuar con otros estudios.
“En mi caso yo estudié en el bachillerato técnico pero en la universidad estudié psicología educativa. Pero eso no sucede siempre porque ya te encasillan. Lo que necesitamos es que se trabaje sobre la realidad”, dijo Méndez.
Para el psicólogo, las instituciones educativas deben contar con un proceso sólido que permita guiar a los estudiantes desde un principio hacia encontrar sus habilidades y sus gustos, con el objetivo de que al final de la secundaria tengan mucho más claro qué quieren estudiar.
“Por un lado las instituciones necesitan un proceso sólido, mientras que los estudiantes también no deben tomar como un juego. Deben ser responsables e informarse de las carreras que existen. Por su parte, los padres deben ser una guía pero tampoco interferir en los gustos que tienen los jóvenes”, recomendó Méndez. (AWM)-(I)