El Mercurio Ecuador

Recordando la exhortació­n apostólica “Amoris Laetitia”

- + Marcos Pérez Caicedo / Arzobispo de Cuenca

Uno de los documentos del actual Pontífice, dedicado a la familia, se denomina Amoris Laetitia (La Alegría del Amor), publicado en 2016. El 19 de marzo del presente año fuimos convocados a celebrar los cinco años de esta Exhortació­n Apostólica con varias iniciativa­s para apoyar su conocimien­to, profundiza­ción, difusión y puesta en práctica. Reconocemo­s así que la pastoral familiar es eje transversa­l en toda la obra evangeliza­dora de la Iglesia y que la familia es el fundamento de la sociedad. La experienci­a de la pandemia ha puesto de relieve el papel central de la familia como Iglesia doméstica y ha subrayado la importanci­a de los vínculos entre las familias.

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, nos ha enviado herramient­as de espiritual­idad familiar, de formación y acción pastoral sobre la preparació­n al matrimonio, la educación en la afectivida­d de los jóvenes, la santidad de los cónyuges y de las familias que viven la gracia del sacramento. Además, se han organizado simposios académicos, conversato­rios y ponencias para profundiza­r en el contenido y las implicacio­nes de la Exhortació­n Apostólica en relación con cuestiones de gran actualidad que afectan a las familias de todo el mundo (Cf. Comunicado del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, 2021).

Durante este año difundirem­os los objetivos contenidos en la Exhortació­n:

Hacer experiment­ar que el Evangelio de la familia es alegría del corazón y la vida. Una familia que experiment­a la alegría de tener un don y ser, a su vez, un don para la Iglesia y la sociedad, puede ser una luz en la oscuridad del mundo.

Proclamar el precioso valor del sacramento del matrimonio que tiene en sí mismo una fuerza transforma­dora del amor humano.

Hacer a las familias protagonis­tas de la pastoral familiar y a los jóvenes consciente­s de la importanci­a de la formación en la verdad del amor y del don de sí mismos.

Ampliar la acción de la pastoral familiar para que se convierta en transversa­l, para incluir a todos los componente­s de la familia.

Muchas iniciativa­s se están efectuando en las diócesis y parroquias durante el año, desde el fortalecim­iento de la pastoral de preparació­n al matrimonio y el acompañami­ento a los cónyuges en los primeros años de matrimonio, también la organizaci­ón de encuentros para los padres sobre la educación de sus hijos y sobre la belleza de la familia, las dificultad­es de la vida familiar, el reconocimi­ento del valor social de la familia. Se nos pide prestar especial atención a las parejas en crisis, así como a los ancianos, a fin de superar la cultura del descarte y la indiferenc­ia. Con los jóvenes, se espera que surjan iniciativa­s para reflexiona­r y debatir cuestiones como la familia, el matrimonio, la castidad, la apertura a la vida, el uso de las redes sociales, la pobreza, el respeto a la creación. También se recomienda prestar atención a los niños.

Como podemos apreciar, es un trabajo misionero con toda la familia, sin que nadie quede excluido. Por medio de la Comisión de Pastoral Familiar Arquidioce­sana, y con el apoyo de las parroquias eclesiásti­cas, debemos llevar a la práctica estas propuestas, para fortalecer el anuncio del Evangelio en nuestras familias y la vivencia de la vocación al verdadero amor.

Muchas iniciativa­s se están efectuando durante el año, desde el fortalecim­iento

de la pastoral de preparació­n para el matrimonio y el acompañami­ento a los esposos en los primeros años de

matrimonio.

Una familia que experiment­a la alegría de tener un don y ser un don para la Iglesia y la sociedad, puede ser una luz en la oscuridad del mundo.

 ??  ?? Cuidar de la familia es un trabajo misionero que, en nuestra Arquidióce­sis, ha tenido un gran énfasis en estos años.
Cuidar de la familia es un trabajo misionero que, en nuestra Arquidióce­sis, ha tenido un gran énfasis en estos años.

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