Carmela Morales, comerciante
LOS CANTONES orientales del Azuay acogieron a cientos de personas el fin de semana. Sus ríos, desfiles y gastronomía atrajeron a los visitantes de diversas latitudes.
Gualaceo y Paute retomaron el protagonistmo en el domingo de Carnaval. Con sus ríos, con su comida, con sus corsos y con una serie de presentaciones musicales, el público de la Costa, Amazonía y Sierra fue atraído.
Desde las primeras horas de ayer, largas filas de vehículos avanzaron por la autopista Cuenca-Azogues, para luego dirigirse hacia El Descanso y posterior hacia las vías que conducen a los cantones orientales.
Para el mediodía, el tránsito vehicular se intensificó, a tal punto que a los choferes les tomó más de una hora llegar a Gualaceo y Paute.
Y la congestión vehicular precisamente se originó por las distintas propuestas que presentaron los cantones orientales. En ambos espacios, por ejemplo, la fiesta del Carnaval empezó con dos desfiles que ya se han vuelto tradicionales en estas fechas.
En el caso de Gualaceo, el “Jardín Azuayo” realizó un corso en el que empresas municipales, instituciones educativas y comunidades se revistieron y compartieron los elementos carnavalescos. Al menos unas 500 personas, con trajes coloridos y música, animaron el desfile.
“Es una bonita experiencia venir acá, compartir el Carnaval. Es la segunda vez que vengo. En este año el clima nos ha acompañado y podemos desfilar sin problema alguno”, contó Rolando Quito, quien salió de Cuenca para participar en el corso de Gualaceo.
Para ser parte del desfile, Rolando llevó una carroza restaurada y a su caballo blanco, que deleitaron al público presente por la manera en cómo fueron presentados.
De la misma manera, en el río Santa Bárbara, en cuyas aguas, niños y adultos, desde tempranas horas, ya empezaron a jugar carnaval. En las orillas, las familias se acomodaron para asar cuyes y pollos, y para armar pequeñas mesas en las que luego se sirvieron la comida.
Las cañas, el guarapo y las melcochas tampoco faltaron en el carnaval de Gualaceo, cantón en cuyos espacios volvieron a ser elegidos por las familias de la provincia del Azuay para pasar en este feriado.
La realización de eventos, tanto en el centro del cantón oriental como en las orillas del Santa
Bárbara, promovieron la reactivación económica y social que ya necesitaba Azuay, tras las limitaciones que se impusieron por el estado de excepción.
“Acá en Azuay se ve que hay más seguridad, se puede andar más tranquilo. Ahora con el feriado se aprovechó para salir un poco y disfrutar, porque desde el feriado de fin de año todo se ha limitado en el país. Había que andar con mucho cuidado”, opinó Eduardo Vélez, quien dejó Limón Indanza con su familia para visitar Gualaceo.
Paute se reactiva
Los mismos colores, motivos y alegrías se observaron en el corso de Paute. Los bailes, la música en vivo y los revestidos fueron la antesala de la programación que alistó el Municipio a lo largo de las orillas del río.
En la ribera, docenas de familias armaron sus carpas, colocaron sus manteles y disfrutaron de la comida que prepararon para llevar o que adquirieron en las puestos de gastronomía que se levantaron con motivo del Carnaval.
Porque eso sí no faltó en las orillas del río Paute: los platos típicos. En al menos