GRAN RETO: LA PERSONALIDAD PROACTIVA
La personalidad de tipo proactivo ha sido relacionada con el éxito en el desempeño educativo y en el trabajo. ¿Cómo desarrollar los mejores aspectos de ese estilo?
Tal vez leyó alguna vez el libro Los siete hábitos de las personas altamente efectivas, de Stephen Covey. En él, se mencionan que estos están orientados a que la persona alcance su independencia o dominio de sí.
El primero de ellos es tomar iniciativa, conociendo el peso de cada decisión y haciéndose responsable por las consecuencias. El segundo es conocerse a uno mismo, sus valores y sus metas en la vida. El tercero es cuidar de uno mismo, el bienestar mental y físico.
Los tres siguientes hablan de las relaciones con los otros: pensar siempre en términos de ganar-ganar, buscar primero entender y luego ser entendido y combinar fuerzas para conseguir resultados que no podemos solos. Y el séptimo y final: afinar el instrumento: renovar recursos, energía y salud a través del ejercicio, la reflexión, la buena lectura y el servicio social.
El libro de Covey se publicó por primera vez en 1989, pero investigaciones más recientes muestran que la proactividad puede beneficiar a las personas que pasan por adversidad.
La proactividad se define como la capacidad de anticipar futuras posibilidades, crear oportunidades, demostrar iniciativa, perseverar a pesar de los obstáculos.
Nancy Yi-Feng Chen es investigadora de la Facultad de Negocios de la Universidad
Lingnan, en Hong Kong, y es también la líder de un equipo que estudia el factor de la personalidad proactiva. Según ellos, el rasgo le hace honor a la frase “Querer es poder”.
“La gente proactiva”, dice Chen, “localiza y crea oportunidades, toma la iniciativa y persevera cuando las cosas se ponen difíciles”.
Más aún, “se sienten motivadas a anticipar posibilidades futuras en escenarios desconocidos, en los que tienen que
asumir la dirección”.
Piense en las personas que conoce que parecen tener esta cualidad. ¿Cómo responden cuando las cosas parecen ir mal? ¿Están simplemente calmadas o toman ventaja del momento para avanzar?
Tal vez tiene un amigo proactivo. Cuando comenzó el confinamiento, sorprendió a todos con su visión clara de lo que había que hacer en situación de escasez, pérdida económica y restricciones para viajar o salir.
En vez de negarse a aceptar la situación o desear que todo pasara, su amigo emprendió un plan de acción y nuevas rutinas para la vida. Un año después, sigue sintiéndose bien sobre el futuro y está optimista de que la pandemia quedará en el pasado.
Para Chen y su equipo, permanecer asertivos ante la posibilidad del desastre no es solo cuestión de proactividad, sino también de percibirse a uno mismo como alguien con fuerza para soportar.
¿Cómo se percibe usted? La psicología positiva dice que la percepción positiva de uno mismo es, en sí, una fortaleza; cuando se activa, da energía y permite que uno actúe a la altura de sus capacidades personales. No necesita ser como el otro; necesita verse como capaz de usar la suma de sus cualidades para enfrentar una situación estresante.
Diez preguntas para medir la proactividad
Y eso nos lleva a los postulados de Chen y sus colegas sobre los trabajadores hospitalarios a los que estudiaron en lo que ahora se conoce como la ‘zona cero’, en Wuhan, China, durante tres brotes entre abril y junio del 2020.
Participaron en los sondeos 315 doctores y enfermeras, un grupo con un promedio de 35 años de edad que de repente se vio atendiendo a pacientes muy graves de una enfermedad desconocida. Para contrastar, los autores obtuvieron de los supervisores información sobre el rendimiento.
Otros factores que se tomaron en cuenta en las mediciones fueron la disrupción en las rutinas de trabajo, el grado de exposición física al virus y la sensación de recibir apoyo de la administración hospitalaria.
Una de las encuestas que estas personas llenaron hacia el final de su participación puede ayudarnos a ver cómo funciona la personalidad proactiva. Pruébelo usted, contestando a cada ítem con un número, del 1 (totalmente en desacuerdo) al 7 (totalmente de acuerdo).
1. Estoy constantemente buscando nuevas maneras de mejorar mi vida.
2. Donde he estado, he sido una fuerza considerable de cambio constructivo.
3. Nada más emocionante que ver mis ideas convertirse en realidades.
4. Si veo algo que no me gusta, lo arreglo.
5. No importan las probabilidades en contra, si creo en algo, haré que suceda.
6. Amo hacer campaña por mis ideas, incluso en contra de la opinión de otros.
7. Soy excelente para identificar oportunidades.
8. Siempre estoy buscando maneras de mejorar las cosas.
9. Si creo en una idea, ningún obstáculo me impedirá hacer que pase.
10. Puedo ver una buena oportunidad antes que otros.
El promedio entre los trabajadores hospitalarios encuestados fue de 5,5, y como los autores habían esperado, se reflejó en el desempeño y en las mediciones de resistencia y bienestar.
Utilice las fortalezas de su propia personalidad
Una personalidad proactiva no basta, sola, para llevarnos a una vida exitosa, el estudio nunca quiso afirmar eso, pero basado en la experiencia de los trabajadores de Wuhan, puede ser una gran ayuda.
¿Y qué si usted no tiene una personalidad así? Nuevamente, no se trata de que usted cambie su personalidad o copie las fortalezas del otro, sino de que se haga la pregunta de cómo se percibe a sí mismo. Haga su propia revisión de las fortalezas escondidas, las que ha olvidado o no sabe que tiene, dice la profesora de psicología y ciencias del cerebro Susan Krauss Whitbourne, de la Universidad de Massachusetts Amherst.
“Piense en aquellas veces en que tuvo éxito durante un periodo de adversidad o de transición”, propone la psicóloga. “Lo que usted usó en aquellos tiempos puede ser ahora su brújula para atravesar los que está viviendo ahora”. (D. V.)
La gente cuya respuesta natural a lo difícil es “sí puedo” nos hace pensar en las cualidades y en los motivos que nos hacen resistir.