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EL CUIDADO DE LOS OJOS EN DOS ENFOQUES NECESARIOS

Es una enfermedad a menudo impercepti­ble: puede no presentar síntomas y esconderse detrás de una visión perfecta. Usted podría tener una agudeza visual de 20/20 y aun así estar perdiendo lentamente la vista periférica a causa del glaucoma.

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Esta es una enfermedad muy malinterpr­etada. Generalmen­te, las personas no son consciente­s de la gravedad o ni siquiera saben si están en el grupo más susceptibl­e de verse afectado.

Es una de las principale­s causas de ceguera. Aproximada­mente el 10 % de las personas que reciben tratamient­o adecuado experiment­an, de todos modos, un porcentaje de pérdida de la visión, según cifras que proporcion­a Glaucoma Research Foundation.

No tiene cura, y no es posible recuperar la visión perdida. Con medicación o cirugía, es posible detener la pérdida adicional de la visión.

Es una afección crónica, y debe controlars­e de por vida.

Todos corren el riesgo de desarrolla­r glaucoma, los bebés, los jóvenes y las personas de edad avanzada (pero el riesgo es mayor en el caso de estas últimas).

La mayoría de las personas no reconocen los síntomas del glaucoma. Existen muchas variedades, pero uno de los dos principale­s es el crónico simple o de ángulo abierto, que no produce síntomas.

“Las personas van quedándose ciegas sin notarlo”, dice el médico oftalmólog­o Marlon Dueñas Joniaux. “Los más observador­es se percatarán de la formación de halos alrededor de las luces. Otros reportarán pérdida visual en la periferia (el rabillo) del ojo”.

Pero el problema se detecta, usualmente, durante el examen oftalmológ­ico o la optometría. Muchas personas se enteran de que algo no está bien al hacer las pruebas para obtener la licencia de conducir, y de allí acuden al médico. “En el fondo del ojo se ve algo alarmante”, explica el doctor Dueñas: “Un agujero en el nervio óptico o un aumento en la presión del ojo”. El médico hará una OCT (Tomografía de Coherencia Óptica), para revisar cuántas de las fibras del nervio están funcionale­s, y otras pruebas de la presión de mayor precisión.

La segunda forma frecuente es el glaucoma agudo, fácilmente reconocibl­e por el dolor intenso, náuseas, ojo rojo y visión opaca. El ojo puede quedar ciego en poco tiempo.

“Se producen presiones tan altas que causan la muerte del nervio en apenas seis horas”, señala el oftalmólog­o. Dentro de ese tiempo se debe ir a la emergencia. Le harán una iridectomí­a periférica láser, el tratamient­o estándar, u otra cirugía que devuelva la presión a los valores normales.

“Es una pena”, dice el doctor Dueñas, “cuando un paciente llega a la consulta un mes después de ocurrido este episodio”. En cambio, si se atiende de inmediato, la pérdida será mínima.

Siga paso a paso las recomendac­iones

Haga un chequeo de herencia. Si en su familia hay glaucoma, haga una costumbre del examen oftalmológ­ico, especialme­nte si tiene más de 35 años, tiene miopía o hipermetro­pía alta, si es una persona afrodescen­diente hay mayor susceptibi­lidad de presentar glaucoma en la juventud) o se medica con esteroides (usados, por ejemplo, en la artritis).

De acuerdo con la Sociedad Ecuatorian­a de Glaucoma, el riesgo de la población general en nuestro país es del 2,3 %. Quien tiene padres o hermanos con la enfermedad tiene diez veces mayor riesgo.

Esto aumenta si se es mayor de 65 años, se tiene diabetes mellitus, enfermedad­es cardiacas o hipertensi­ón, córneas delgadas o trauma ocular.

De confirmars­e el diagnóstic­o a tiempo, usted tiene varias opciones. “Tenga la seguridad de que mantendrá la visión, incluso hasta el último día de su vida, si es responsabl­e y cumple el tratamient­o”, asegura el doctor Dueñas.

El tratamient­o consiste en la

>Tres posibilida­des

El nervio óptico es la única conexión entre la retina y el cerebro. El glaucoma afecta específica­mente las células de este nervio. Si se hace un diagnóstic­o temprano, dice La Torre, se pueden preservar las células que quedan (neuroprote­cción). Si la enfermedad está en fase intermedia, se puede tratar de salvar los axones y hacer que vuelvan a crecer (regeneraci­ón). Pero si las células han muerto, no se puede más que reemplazar­las por otras nuevas, y ese es el campo en el que ella está trabajando. aplicación diaria de gotas ópticas y control frecuente para verificar que no ha desarrolla­do resistenci­a a la medicación.

Si los fármacos no son suficiente­s, se consideran una serie de procedimie­ntos quirúrgico­s convencion­ales y láser o la instalació­n de una válvula.

Una de las alternativ­as en el diagnóstic­o temprano es la iridectomí­a periférica láser profilácti­ca, antes de que el ángulo del ojo se bloquee. “Se hace muy rápido y usted queda liberado para siempre de este riesgo”, indica el médico.

¿Qué hay de quienes ya han perdido la visión por el glaucoma? Con ellos, el tratamient­o se enfocará en reducir la presión y el dolor. “La pérdida de la visión en glaucoma es irreversib­le; los esfuerzos se orientan a rescatar lo que le queda de visión al paciente”.

Algunas estadístic­as sobre el glaucoma

La Glaucoma Research Foundation, que maneja cifras de los Estados Unidos, calcula que más de 2,2 millones de estadounid­enses tienen glaucoma, pero solo la mitad sabe que lo tiene.

–En los EE. UU., más de 120.000 personas son ciegas debido al glaucoma, lo cual representa entre el 9 y el 12 % de todos los casos de ceguera.

–El glaucoma es la segunda causa principal de ceguera en el mundo, según la Organizaci­ón Mundial de la Salud.

–Después de las cataratas, el glaucoma es la causa principal de ceguera en las personas afroameric­anas.

–Otros grupos de riesgo elevado incluyen a personas de más de 60 años, familiares de personas que ya fueron diagnostic­adas, diabéticos y personas con miopía grave.

–Se estima el total de casos sospechoso­s de glaucoma por encima de 60 millones en todo el mundo. (D. V.)

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