La notable pérdida de cabello
tendrá que hacer rehabilitación respiratoria.
Si su síntoma es la fatiga y la debilidad es posible que le indiquen que se atenga a una dieta balanceada antiinflamatoria, reducida en gluten, alimentos procesados y azúcares, rica en proteínas, acompañada de un programa de ejercicios.
¿Tiene dolor de espalda? Es un síntoma muy común, que algunos confunden con dolor del pulmón, dice el doctor Sánchez. (El pulmón no duele, pero tiene afinidad con nervios y músculos). “Hubo en 2020 un momento en que la mayoría de los pacientes tenía un dolor quemante, intenso y, en algunos casos, invalidante, que no se calmaba con AINE”, sino con otros medicamentos, durante más tiempo.
La rehabilitación respiratoria es la estrategia común en todos los casos, con equipos >Paciencia y desestrés son la clave
Meses después de la infección, muchas personas descubren que el cabello se les cae en grandes cantidades. Esto ocurre después de muchas enfermedades febriles, advierte la Academia Americana de Dermatología, pero no es una pérdida permanente. Es más notable a los dos o tres meses de la enfermedad. Puede durar de seis a nueve meses, antes de detenerse. ¿No tuvo COVID-19? El estrés emocional puede tener el mismo efecto, dice el dermatólogo Manuel Briones. El estrés y desórdenes como la tricotilomanía tienen mucho que ver. diseñados para fortalecer la musculatura inspiratoria.
Debe ir en conjunto a los ejercicios que fortalecen la musculatura de la parte alta de la espalda y de los brazos. Los ejercicios con bandas para brazos, espalda y piernas son muy beneficiosos. “Los cuádriceps, los músculos de la parta alta del muslo, quedan muy deteriorados en estos pacientes”, indica el médico, por lo que se recomienda también la bicicleta, empezando por la estática y el ejercicio aeróbico.
Finalmente, el neumólogo Sánchez pide que recuerde que usted no tuvo una simple gripe, sino que un cuadro sistémico con posibles secuelas y que, al haberse recuperado, es probable que necesite durante algún tiempo de diversos servicios de salud hasta que pueda sentirse fuerte, activo, útil y contento. (D. V.)
Francesco, un italiano de 18 años, enfermó de COVID-19 de forma tan grave que los médicos del hospital San Raffaele de Milán tuvieron que realizarle un trasplante de los dos pulmones para salvarlo.
La operación no tenía precedentes, salvo “unos pocos casos en China” y otro en Austria, hasta el punto de que los médicos lo consideraron un “salto al vacío”, según anunció el hospital. La cirugía se realizó a mediados de mayo del año pasado, después de que
Francesco pasara casi dos meses sobreviviendo gracias a la ventilación mecánica, y fue un éxito. El hospital comunicó que posteriormente el paciente inició un “largo periodo de recuperación”.
El de Francesco fue un caso extremo, pero evidencia todo el daño que la enfermedad respiratoria provocada por el coronavirus puede causar, incluso en pacientes jóvenes y sin dolencias previas.
Según la Sociedad Italiana de Neumología (SIP), alrededor del treinta por ciento de las personas recuperadas tras sufrir un brote grave de COVID-19 pueden sufrir daños pulmonares permanentes.
“Vemos que dos meses después del alta, casi un tercio de los pacientes todavía tiene alteraciones pulmonares significativas”, aseguró a el profesor Angelo Corsico, miembro de la SIP. El neumólogo agregó que la cifra del 30 % cuadraría con los datos recogidos sobre sobrevivientes de anteriores enfermedades relacionadas con coronavirus, como el SARS y el MERS.
Sin aliento
Corsico es profesor de Neumología en la Universidad de Pavía, norte de Italia, y jefe del Departamento de Neumología del hospital Policlínico San Matteo, de la misma ciudad.
Pavía está en la región de Lombardía, el epicentro del devastador brote de coronavirus que afectó a Italia, y que todavía es escenario de numerosas muertes e infecciones.
La crisis sanitaria en Pavía se agravó a finales de marzo, pero el número de infectados disminuye desde entonces. El