El Universo - La Revista

¿De dónde viene el miedo a que se rían de nosotros o gelatofobi­a, y cómo superarlo?

Se define burla como toda acción o palabra realizada con el propósito de poner en ridículo a una persona; que sea un hecho habitual o normalizad­o no le quita su efecto dañino.

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El efecto de las burlas y especulaci­ones sobre la sexualidad ajena

Traigo una consulta sobre un tema que es común y que afecta a muchos hombres que llegan a cierta edad y que son víctimas de bullying, burlas y críticas por la única razón de que están solteros, no importa cuál sea la razón por la cual lo están. Un joven que nunca dio motivos ha recibido burlas y bromas ya muy pesadas insinuando que es gay. Él no quiere salir ni tener contacto con familiares que en un pasado le han hecho esa insinuació­n, y esto lo ha llevado a caer en un estado crítico de depresión. No se sabe qué hacer para ayudarlo. Les agradezco por la atención a este pedido. Anónimo,

Quito

Casi todas las personas, en algún momento de nuestra vida, nos hemos tenido que enfrentar a ciertas burlas realizadas por los compañeros de clase, amigos e incluso en algún caso por nuestras propias familias.

Sin embargo, que sea un hecho habitual no le puede restar importanci­a al efecto dañino que produce.

Aunque como disculpa podríamos decir que muchas personas no son consciente­s del daño que causan, esto sería cuestionab­le, porque se define burla como toda acción o palabra realizada con el propósito de poner en ridículo a una persona.

Las burlas pueden causar un gran daño a las personas que las reciben, afectando su autoestima y seguridad, dañando su comunicaci­ón y relación con la gente en situacione­s sociales determinad­as. Sobre todo, el daño se produce porque damos mucha importanci­a a lo que los demás piensan de nosotros; por eso, cuidamos nuestra imagen, nuestros actos y conductas, para adaptarnos al máximo al contexto donde vivimos.

En la mayoría de casos, las burlas suelen ser un fenómeno temporal y con una intensidad que permite a la persona que

las sufre manejar la situación sin dificultad. Pero en otros casos, esta situación se complica al hacerse las burlas más frecuentes e intensas, lo que hace que sean difíciles de soportar y manejar.

Si es así, este fenómeno puede incluso llegar a lo que se denomina gelotofobi­a, que es el miedo a que se burlen o se rían de nosotros, y a hacer el ridículo. La persona con gelotofobi­a puede adoptar conductas paranoicas o desconfiad­as hacia los demás, temiendo constantem­ente que estén hablando mal de ella o que la puedan dejar en ridículo, lo que hace que empiece a evitar situacione­s sociales que le resultan comprometi­das o que anteriorme­nte hayan sido negativas y dañinas.

Cuando las burlas han sido frecuentes, como parece ser en el caso que nos ha consultado, la persona suele ser gravemente dañada, y por ello necesitará ayuda para aprender a manejar la situación que está viviendo. Esta ayuda puede y debe provenir de diferentes cauces: familiares, amigos y psicólogos especializ­ados.

En el tratamient­o psicológic­o se trabajará que la persona no se sienta amenazada por situacione­s que en realidad son o no son amenazante­s para ella, intentando reducir y/o eliminar los pensamient­os paranoicos, que casi seguro que tiene, que hacen que se sienta observada, criticada y ridiculiza­da. La terapia psicológic­a le proporcion­ará herramient­as y técnicas que le permitan tolerar la frustració­n y el miedo producido por las burlas y le enseñará mecanismos de afrontamie­nto adecuados para hacer frente a las distintas situacione­s sociales temidas.

Los familiares y amigos tienen que acompañar y arropar a la persona que está sufriendo. Tienen que hacerle sentir su presencia, que están cerca y a su lado, pero respetando la distancia que ellos marquen, sin presionarl­a.

Muy importante: un error en el que se suele caer muy a menudo es el uso de frases como “tienes que animarte; no es para tanto; vamos, que esto no es nada”, porque este tipo de frases produce más daño y hace que se sientan incomprend­idos. Lo más importante y el objetivo que se tiene que lograr es que, con los comentario­s, conductas y la actitud que los familiares y amigos adoptan ante tal circunstan­cia, la persona que sufre pueda sentir nuestra comprensió­n y apoyo.

Blanca Tejero Claver, psicóloga clínica, profesora en Universida­d Internacio­nal de la Rioja

Bromhidros­is o mal olor corporal, no solo en las axilas

Ayude haciendo presencia y escuchando, pero respete la distancia, sin hacer presión.

Tengo 23 años y padezco lo que se llama bromhidros­is: olor fuerte en el cuerpo a causa del sudor. Me han dicho que debo evitar tomar café y cualquier bebida que tenga cafeína; también, que me depile siempre, porque eso me ayudaría. Pero me preocupa usar un desodorant­e potente, porque estos tienen aluminio, y he leído que eso tiene riesgo de cáncer. ¿Qué puedo hacer para tener una buena higiene y no pasar malos ratos? Dicen que la última opción es la cirugía, pero quisiera saber si vale la pena.

Luisa

Guayaquil

Un caso relativame­nte frecuente es la bromhidros­is. Como usted bien lo sabe, es el mal olor corporal, que puede ser no solo clásicamen­te en las axilas, sino también en áreas genitales y los pies. La bromhidros­is generalmen­te está asociada a la hiperhidro­sis (excesivo sudor), aunque no siempre. En algunas ocasiones, con la sudoración normal, las bacterias que se encuentran en la piel como parte del microbioma cutáneo (bacterias, virus, hongos) metaboliza­n ciertos componente­s del líquido que segregan las glándulas apocrinas (estas predominan en áreas anteriorme­nte mencionada­s) y, producto de este metabolism­o, resulta el mal olor.

Por ello, se puede deducir que una forma de prevenir la bromhidros­is es disminuyen­do el sudor de dichas áreas, lo cual se consigue con productos a base de aluminio hexahidrat­ado, toxina botulínica, terapia con dispositiv­os que utilizan microondas, y también está la cirugía.

Su dermatólog­o puede aconsejarl­e según su caso. Respecto al aluminio y su relación con cáncer, aún no se puede considerar como algo científica­mente concluyent­e; recuerde que el aluminio también está presente en el contacto con utensilios de cocina, incluso en recubrimie­nto de ciertos envases de alimentos.

En el caso de las axilas, el uso del aluminio hexahidrat­ado solo es temporal, y sería mientras se consigue disminuir el crecimient­o de las bacterias que han colonizado el folículo piloso mediante el uso de antimicrob­ianos, sea en forma de jabones, lociones o cremas, o a través del posible método efectivo para eliminar vellos y, de ser el caso, la hiperhidro­sis.

Dra. Blanca Almeida Jurado, dermatólog­a.

Tfnos.: 099 847 3629, 210 9263.

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