El Universo - La Revista

Amor por las mascotas

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Vi su historia en Instagram en la que indican que están buscando historias de mascotas rescatadas durante la cuarentena. Aquí les cuento la nuestra: el 14 de abril del 2020, por la noche, mi esposo salió a sacar la basura y escuchó unos maullidos cerca; entonces, empezó a buscar de dónde venían y se notó que debajo de nuestro vehículo se encontraba un pequeño gatito de al menos un mes y medio de nacido. Enseguida me avisó y salimos a darle comida y agua; luego lo llevamos dentro de la casa y le hicimos una camita en un cartón y decidimos adoptarlo, por lo que se convirtió en nuestra primera mascota de casados, ya que apenas teníamos 1 año y 6 meses de casados. La bautizamos como Esperanza, justamente porque para nosotros esa palabra tenía un significad­o muy importante y especial en tiempos de pandemia, donde todo era un caos, tristeza y dolor para muchas personas en el mundo, y para nosotros, ya que, a pesar de que no perdimos familiares, sí perdimos amigos, y teníamos amigos muy cercanos sufriendo la pérdida de sus seres queridos a causa del COVID. El 2 de mayo del 2020 lo llevamos al veterinari­o y, ¡oh, sorpresa!, no era hembra, sino macho, así que lo dejamos como Esperancit­o. Esperancit­o era muy humilde y hasta un poco feo cuando llegó, pero ahora es un gatote muy empoderado. Por ser de color negro, al principio nos decían que no lo tengamos, porque los gatos negros ‘traen mala suerte’, pero como no creemos en eso, obvio, no hicimos caso a esos comentario­s. Es un gato muy guapo y elegante: suele usar corbatín en ocasiones especiales. María Fernanda Almeida

Me gustó mucho el reportaje sobre cómo apoyar a una mascota de edad avanzada y qué cuidados darle, porque he tenido la fortuna de cuidar a varias mascotas durante largo tiempo; la mayoría pasaron de los 10 años junto a nuestra a familia, y es verdad que cada vez más necesitan más tiempo de descanso y cuidados, pero mientras es posible para ellos, nunca dejan de demostrar su amor y cuidado por sus humanos. Recienteme­nte tuve que sacrificar a Panda, quien nos acompañó casi por 14 años, aunque era rescatada y no podría decir exactament­e su edad. Hasta el final demostró cuánto nos amaba, su mirada lo transmitía, y aunque fue una decisión difícil, sé que fue la mejor. Tal como dice el artículo, Panda pasaba gran parte de su tiempo reposando, aunque eso no le quitaba su vitalidad, dulzura y buen ánimo. ¡Qué dicha poder darles a estos lindos seres también una vida plena que ellos siempre sabrán retribuir!

Marina

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