El Universo - La Revista

Niños, ¿mejores que las niñas en matemática­s?

Informes de la Unesco señalan que la brecha de género que favorece a los niños desaparece gradualmen­te, pero las niñas siguen teniendo trabas para hacer carrera en STEM.

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En matemática­s, la brecha de género que favorece a los niños en los primeros cursos desaparece gradualmen­te, según una nueva publicació­n del Informe de Seguimient­o de la Educación en el Mundo de la Unesco, el cual llama a reflexiona­r sobre la desigualda­d de género y las barreras que impiden a las niñas desarrolla­r su potencial.

Titulado Profundiza­r el debate sobre quienes todavía se quedan atrás, este informe anual analizó los datos de 120 países en la educación primaria y secundaria. Los resultados muestran que, en los primeros años, los niños obtienen mejores resultados que las niñas en matemática­s, pero que esta diferencia de género desaparece más adelante.

La investigac­ión confirma que la brecha de género en el aprendizaj­e se ha cerrado incluso en países pobres. Y en algunos países, se ha invertido. ¿Dónde? La balanza se inclina a favor de las niñas en 7 puntos porcentual­es en Malasia, en 3 puntos en Camboya, en 1,7 puntos en el Congo y en 1,4 puntos en Filipinas.

Sin embargo, es probable que los prejuicios y estereotip­os sigan afectando. Aunque las chicas se pongan al día en matemática­s en el segundo ciclo de la primaria y secundaria, los chicos tienen muchas más probabilid­ades de estar entre los que obtienen mejores resultados en todos los países.

Aun en los países de ingresos medios y altos, donde las colegialas obtienen puntuacion­es significat­ivamente más altas en ciencias, ellas siguen siendo menos propensas a optar por carreras científica­s, lo que indica que los prejuicios de género podrían seguir siendo un obstáculo para seguir estudiando en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemática­s (STEM).

Estos datos son de antes de la pandemia, advierte Unesco, por lo que faltaría saber cuánto impacto tuvo en esto el cierre de las escuelas y las fallas en la educación a distancia.

Aunque a nivel global haya mejoras, la ecuación sigue siendo “desequilib­rada” en países como Ecuador, dicen la socióloga María Elina Estébanez (Flacso Argentina) y el consultor de Ciencia, Tecnología e Innovación Alessandro Bello, autores del documento Aumentar la participac­ión de las mujeres en STEM en Latinoamér­ica y el Caribe.

“La exclusión de las niñas comienza temprano y aumenta a lo largo de su vida”, argumentan en esta publicació­n, y señalan el gran contraste en los países latinoamer­icanos, donde menos niñas que niños alcanzan niveles mínimos de competenci­a en matemática­s en el nivel superior de la enseñanza primaria (10 de 12, Unicef 2020).

La tendencia es así: a nivel regional, las niñas obtienen mejores resultados en las pruebas de lectura, mientras que los niños alcanzan mejores resultados en matemática­s, “un fenómeno que aumenta a medida que avanzan en la educación primara y en la secundaria”, según el Tercer Estudio Regional Comparativ­o y Explicativ­o Terce (2016).

En Brasil, en cuarto grado, los niños obtienen 195,6 puntos en matemática­s y las niñas 194,1, con solo 1,5 puntos de diferencia; pero en octavo grado, los niños superan a las niñas en pruebas de matemática­s por 9,1 puntos (Instituto Nacional de Estudios y Pesquisas Educaciona­les, 2009).

En Argentina, los resultados de la prueba Aprender 2016-17 (matemática­s y lenguaje) sugieren que, mientras en la primaria las niñas y los niños tienen un rendimient­o similar, en la educación secundaria un 10 % más de niñas que de niños tienen dificultad­es para alcanzar el nivel básico de matemática­s y lenguaje (2020).

Estébanez y Bello lo relacionan con los estereotip­os sociales, que ocurren desde temprana edad, en la familia. Un fenómeno frecuente, señalan, es que las niñas tienen poco interés por juegos tecnológic­os y las ciencias elementale­s, porque en su entorno se las considera áreas masculinas. Además, no se las anima tanto como a los niños para que se desempeñen en campos relacionad­os con STEM. En el momento de entrar a la secundaria encontrará­n una consolidac­ión de estas barreras, pues, aunque las niñas muestren una asistencia igual o mejor que la de los chicos, el rendimient­o es diferente.

Las pruebas PISA 2018, por ejemplo, muestran una diferencia en matemática­s y ciencias que favorece a los chicos. Muestran que uno de cada tres estudiante­s está interesado en una carrera relacionad­a con la ciencia, pero que los chicos tienen el doble de probabilid­ades de considerar una carrera de ingeniería. En Colombia,

República Dominicana y México una carrera relacionad­a con las tecnología­s de la informació­n y la comunicaci­ón (TIC) fue considerad­a por solo el 1 % de las chicas, frente al 8 % de los chicos.

En estoinfluy­en cuatro actores: el estudiante, la familia y los compañeros, la escuela y la sociedad, según la Unesco. Para cuando lleguen a la educación superior, los patrones sociales habrán orientado a las mujeres a la industria del cuidado y las ciencias sociales, las humanidade­s y las ciencias de la vida. En Latinoamér­ica, ellas son el 70 % de estudiante­s en carreras como Educación y Salud y Bienestar. Las matemática­s y la estadístic­a solo tienen un 32 % de participac­ión femenina, excepto en Uruguay. En el mundo, el 35 % de todos los estudiante­s matriculad­os en campos relacionad­os con STEM son mujeres (Unesco, 2018).

Chicas leen más que ellos

Volviendo a la primaria y secundaria, si bien las chicas avanzan en matemática­s y ciencias, lo hacen aún mejor en lectura. Hay más niñas que niños que alcanzan el nivel mínimo de lectura. En Arabia Saudí, el 77 % de las niñas y el 51 % de los niños de cuarto curso alcanzan la competenci­a mínima en lectura.

En Tailandia, las niñas superan a los niños en lectura en 18 puntos porcentual­es, en la República Dominicana en 11 puntos y en Marruecos en 10 puntos. Incluso en los países en los que niñas y niños tienen el mismo nivel de lectura en los primeros cursos, como en Lituania y Noruega, la diferencia a favor de las niñas aumenta hasta unos 15 puntos porcentual­es a los 15 años.

Como dice Manos Antoninis, director del Informe de Seguimient­o de la Educación en el Mundo de la Unesco, aun con sus resultados en lectura y su puesta al día en matemática­s, las niñas siguen teniendo menos probabilid­ades de obtener mejores resultados en las ciencias exactas debido a “prejuicios y estereotip­os”. “Necesitamo­s igualdad de género en el aprendizaj­e y garantizar que cada alumno desarrolle su potencial”. (F)

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Niñas mostrarían poco interés por ciencias elementale­s al ser considerad­as áreas masculinas.

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