Las ‘passifloras’ o las pasionarias
Pertenecen a un género de plantas enredaderas con más de 600 especies diferentes. Su fruto es muy rico en vitaminas C y A, por lo que es muy consumido en jugos.
Este género de plantas enredaderas con más de 600 especies diferentes y la mayoría nativas de América tiene tal vez las flores más bellas del mundo y muchos de sus frutos son comestibles. El nombre Passiflora, que significa en latín ‘flor de la pasión’, se lo puso el famoso botánico Carl Linneo en 1756 debido a que misioneros jesuitas españoles veían en su flor varios detalles de la corona de espinas de Jesucristo y, por eso, también son conocidas como pasionarias.
Hoy en día, muchas especies son usadas como ornamentales por su extraordinaria belleza, e incluso existen grupos y clubes de coleccionistas que realizan hibridizaciones y participan en concursos, especialmente en Europa y en los Estados Unidos.
Pero su más importante beneficio es su uso medicinal, ya que las hojas y flores de algunas especies tienen un altísimo contenido de antioxidantes y flavonoides especiales que causan alivio inmediato al estrés, nerviosismo, migrañas e insomnio.
Su fruto en cambio es muy rico en vitaminas C y A, por lo que es muy consumido en jugos, mermeladas, helados.
En Ecuador se consumen mucho cuatro especies, la maracuyá (Passiflora edulis), la granadilla (Passiflora ligularis), el taxo de Los Andes –nombrada por su belleza en el 2004 la “flor de Quito” (Passiflora tripartita)– y la badea (Passiflora quadrangularis), la más grande de todas y con la que en el campo montuvio se hace el famoso fresco llamado comeibebe o ensalada de frutas. Y en las familias antiguas de Guayaquil siempre había el frasco de Passinerval, a base de pasifloras, que tomaban las señoras para soportar las tempestades y temblores y los jóvenes para ir sin nervios a los temidos exámenes finales.