Les dejo una tarea
¿Qué haría usted, si hoy se acuesta sonriente como cualquier día, viendo a sus hijos dormir placenteramente y en la mañana uno de ellos le dice que tiene un pequeño dolor? Lo lleva al médico, le envía a hacer exámenes especiales, hace un esfuerzo económico y se los realiza, con los resultados regresa donde el doctor y este le dice lo que jamás alguien quiere escuchar… “su hijo tiene cáncer”.
¿Siente que le cae el mundo encima? No es para menos, es comprensible, esa palabra uno la toma como sinónimo de muerte, aunque hoy vemos que ya no lo es, que si se detecta a tiempo y se suministran los medicamentos adecuados, es muy probable que se supere, pero igual, aterroriza.
Como no tiene dinero, va a un hospital público y si trabaja va al IESS –Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social– algo de tranquilidad tiene ya que paga un seguro mes a mes; con un poco de suerte lo atienden y le mandan quimioterapias, radioterapias, etc., usted está angustiada (o), sabe que su hijo se está jugando la vida, siente que está en la antesala de la muerte, de inmediato dice que empiece el tratamiento, pero… le comunican que los medicamentos que se requieren no están en el “cuadro básico”, sí, cuadro básico, como si un paciente en grave estado de salud solo puede necesitar esas medicinas, ahí empieza su peregrinar, los costos son elevadísimos y usted no los puede pagar, el Estado le dice que espere, sí, que espere, mientras la en
fermedad avanza y se va tomando otros órganos, ¿espera tranquilo la muerte de su hijo o familiar?
Nunca he tenido ni tendré el ánimo de polemizar, al contrario, quiero sumar, tratar de ayudar dentro de lo que me sea posible, pero hay enfermedades que son tan costosas que solo el Estado puede hacerse cargo tal como lo dice la Constitución.
El Ecuador pasa por una situación económica difícil, hay muy poco presupuesto para atender todas las necesidades de la población, pero pregunto recurriendo a la empatía de las autoridades encargadas de velar por la salud de los ecuatorianos: ¿Si ese niño o adulto que muere lentamente fuera su hijo, qué escogería hacer?, ¿casas?, ¿carreteras?, ¿metros? ¿Pediría a gritos que lo poco que hay se invierta en salud? Recordemos que los muertos no pueden usar casas ni carreteras ni metros, ni nada que se pueda hacer sobre la tierra. Hoy son ellos, mañana…
Se los dejo de tarea… (O) avenida Samborondón Pepita de Zevallos,