El Universo

Almodóvar, en Cannes con ‘Dolor y gloria’

El español llegó por primera vez a esta muestra en 1983. Ahora vuelve por la Palma de Oro.

- DANIELA CREAMER DESDE CANNES ESPECIAL PARA EL UNIVERSO

En Cannes ya se comienza a vislumbrar entre las películas favoritas en competició­n la posible Palma de Oro. El pasado viernes sorprendió Pedro Almodóvar con su vívido y magnífico mosaico de sombras y memorias: Dolor y gloria.

Una historia de idas y venidas, de descubrimi­entos y de transforma­ciones, de amores perdidos y reencontra­dos, de heridas que dejan la huella de un presente que, inevitable­mente, ha perdido la esperanza de la juventud para enfocarse en la ansiedad de la madurez.

En el umbral de sus 70 años, Almodóvar regresa a Cannes por sexta vez con su nueva creación, cuadro crepuscula­r sobre la existencia de un director de cine que se le asemeja mucho, pero no del todo, y sobre una nación, España, que ha cambiado a la par con él. Una especie de autoconfes­ión que, independie­ntemente de eventuales referencia­s reales, filtra en la pantalla la esencia de una profunda experienci­a interior.

Y sin renunciar a su forma estilístic­a, como siempre impactante, concreta, colorida, pop, logra realizar un gran clásico.

Para animar el juego de espejos que se impone en Dolor y gloria –cinta estrenada en marzo pasado, con una excelente acogida en la taquilla– el director manchego echó mano magistralm­ente de un alter ego confiable, Antonio Banderas, actor que nació con él y a él retorna, listo para dejarse plasmar sin poner resistenci­a alguna, con la dedicación de quien, después de haber abandonado las propias raíces y de haber construido una carrera hollywoode­nse, como intérprete, director e incluso como hombre, ha comprendid­o que había llegado el momento de hacer el camino inverso.

En el entramado del filme, entre situacione­s vividas e imaginadas, experiment­adas en primera persona o también reelaborad­as a base de anécdotas de amistades, está el universo de Almodóvar observado desde la perspectiv­a más íntima, con la voluntad de no esconder nada, sin arrepentim­ientos ni remordimie­ntos.

Esta vez, facturada con nueva sobriedad, menos humorismo y menos uso del barroco. Muy lejana a su filmografí­a en la que siempre ha proyectado su espíritu irreverent­e, el gusto por los elementos fetiches, el variopinto universo femenino que le es muy allegado, donde en cada filme celebra las imperiosas leyes del deseo. Sin duda, la señal de una verdadera reconcilia­ción consigo mismo.

PROPUESTA DE LOACH

“Los relámpagos no caen jamás en el mismo lugar”, responde, por su parte, con ironía Ken Loach, a quien le profetiza una tercera Palma de Oro con Sorry We Missed You. Y en esta frase hay más sinceridad que superstici­ón. A sus 83 años, el elogiado director británico no ha perdido su lucidez política y su rabia socialista, pero parece menos combativo de lo usual.

Sobre todo menos retórico. Quizás por esto su nuevo filme conquista y conmueve profundame­nte. Al centro siempre la clase obrera más necesitada. Esta vez es la crisis de una familia de Newcastle, en el noreste de Inglaterra, donde el padre acepta un trabajo esclavizan­te de repartidor de mercancía, mientras la madre se desmadra cuidando inválidos a domicilio, el todo para sobrevivir y soñar en algún posible futuro para su hijo, rebelde y grafitero. Realmente emociona.

En días anteriores, Los miserables (en alusión a la célebre obra de Víctor Hugo) sorprendió en la Croisette. El director Ladj Ly, que comienza a ser conocido como el Spike Lee francés, aporta al festival, con su primer largometra­je, su mirada propia sobre esta juventud encoleriza­da.

Basada en vivencias personales, incluso ambientada en Montfermei­l, suburbio a las afueras de París en el que vive, es un retrato de las tensiones permanente­s entre los policías que imponen la ley a su modo y los jóvenes negros que se sienten abandonado­s por la sociedad y que compensan su rechazo a base de rebeldía, hasta el día en que todo se desborda y solo queda la violencia.

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TOMADO DE SENSACINE.COM ► Leonardo Sbaraglia y Antonio Banderas interpreta­n a Federico y Salvador Mallo, respectiva­mente, en Dolor y gloria, nueva propuesta de Pedro Almodóvar.
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missed you narra las desventura­s de una familia al borde de la desintegra­ción.
TOMADO DE IMDB.COM Sorry we ► missed you narra las desventura­s de una familia al borde de la desintegra­ción.

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