Las drogas
Hablar de consumo de drogas es hablar de un problema social complejo y viejo, este ha existido siempre en nuestra región desde la época incásica de la chicha del maíz y de la caña de azúcar fermentada, la que pudo ser uno de los primeros alucinógenos para nuestros campesinos que la consumían, para posteriormente consumir la hoja de coca porque pensaban que daba vitalidad.
Existen drogas permitidas y las prohibidas, las permitidas como el alcohol y el tabaco son las que se consumen con facilidad en cualquier momento, a la vez que producen anualmente, según las estadísticas periodísticas, una mayor cantidad de accidentes de tránsito, que han cobrado vidas humanas. Las prohibidas, sin embargo de estar ‘controladas’ por la ley penal, también originan problemas sociales. El consumo de drogas prohibidas: cocaína, marihuana, la H...; causa dependencia, por eso las personas que la consumen se vuelven dependientes y expuestas a un cuadro lamentable de donde difícilmente pueden salir, resultando afectada la familia. Si no hay tratamiento apropiado y a tiempo, la adicción avanza y el problema de salud se vuelve más complejo, más aún cuando el consumidor al querer más drogas, toma cosas de la casa para venderlas y obtener dinero, lo que en muchas ocasiones lo lleva a involucrarse en el microtráfico. En nuestro medio la polémica está dada por la vigencia de la tabla de consumo de drogas, que muchos la repudian y piden que se la suprima debido a que causó más daños que beneficios a las personas; pese a que se diga que la tabla no es una licencia de consumo y que sirve para determinar el grado de adicción de las personas. Siendo la ‘tabla’ una política social del Estado, terminada la campaña electoral se decía que la derogarían; conscientes que no lo harán, debe trabajarse en la prevención y la asistencia especialmente a jóvenes. Por mandato constitucional, es el Estado el llamado a proporcionar ayuda, pero no tiene establecimientos adecuados
para hacerlo. Es nuestra responsabilidad como Estado, padres, educadores, medios..., ayudar a los jóvenes adictos. Los beneficiarios de este mal, deben ser sancionados con el mayor rigor de la ley. (O) Óscar Solano Prendes, abogado, Guayaquil