Martes dorados. En la sala La Bota, se realiza cada semana una jornada artística para los adultos mayores.
En octubre del año pasado se presentó el proyecto. Desde marzo arrancaron las funciones.
Entre la brisa del salado y el intenso sol que suele acompañar ahora las tardes guayaquileñas, un grupo de adultos mayores ingresan a la sala multidisciplinaria de La Bota, en el malecón del Salado. Unos van en pareja, otros con algún joven familiar. Llegan puntuales. Algunos con tiempo para ‘agarrar puesto’ para su grupo.
De 17:00 a 18:00, este espacio dedica cada martes su programación a los adultos mayores y personas con discapacidad (en su mayoría), con presentaciones artísticas de diversa índole y de acceso gratuito para ellos (quienes no pertenezcan a este grupo deben cancelar una entrada de $ 5).
La bailarina y coreógrafa argentina Alcira Mugica y el cantante ecuatoriano Andrés Vivar son los responsables de los ‘Martes dorados’, como denominaron a esta actividad que arrancó con sus funciones semanales desde marzo de este año, con el respaldo de la Fundación Malecón 2000.
“Nuestra actividad está dirigida específicamente a este grupo, para que tengan acceso público que no pueda hacerlo por problemas económicos”, explica Mugica, mientras que se alista para salir a escena.
Música, microteatro, danza, lectura de poemas o cuentos, canto, forman parte de la programación que cada martes varía para los asistentes.
La sala, aquel martes, lucía llena (tiene capacidad para 130 personas). El espectáculo ese día tenía cautivado a sus espectadores. El público hacía las veces de coristas, mientras que Vivar interpretaba boleros y música en inglés. Todos en el interior de la sala cantaban.
Apenas Vivar terminaba el número, aparecía en escena Mugica. Desplazándose delicadamente, su destreza como bailarina era comentada por su público. “Qué lindo que baila, parece una muñeca, es hermosa”, decía Azucena Ortiz, de 83 años. Ella asistió por primera vez invitada por su comadre Margarita. “Yo vengo acá desde que se inició. Lo vi en la cartelera y me comenzaron a enviar mensajes a mi WhatsApp y eso le reenvío a mi comadre. Nos remontamos a la época cuando mis hijas estudiaban danzas españolas”, relataba emocionada Margarita.
Mugica explica que ellos están vinculados a un colectivo de artistas, que se suman a esta actividad cada semana para lograr variar las funciones.
La bailarina Scarlett Pazmiño también se presentó esa tarde. Enfocada por las luces, apareció con su club de castañuelas, entre las que participaba como integrante, su madre Scarlett Bravo.
“El club empezó hace un año, y ya somos seis personas que formamos parte de este grupo. Estos espacios son importantes porque la comunidad se pone en contacto con los artistas y se les despierta ese interés por aprender algo nuevo”, sostuvo Bravo, quien reveló que ahora ha aprendido a tocar guitarra.
Con ella también estaba Nicolás Machuca, de 70 años, quien se unió a la agrupación por su gusto por las castañuelas. “Yo veía desde pequeño cómo lo hacían, me encantaba pero no sabía. Y cuando se abrió el taller también me uní a un grupo de baile. A mí me ha ayudado con la agilidad en las manos”, dijo Machuca.
Y mientras los artistas entraban y salían del escenario, a diferencia de otros espectáculos en los que las luces de los celures y de los flashes de las cámaras interrumpen cada tanto porque sus asistentes quieren tomar la mejor foto, aquí el público disfrutaba sin distracciones y concentrados en la actuación de los artistas el show.
Hoy, la sala La Bota presentará a ‘Acordes del ayer’, un trío de guitarra, percusión y voz así como a Mugica, Vivar y Denisse Córdova.