Del páramo salen los tejidos de paja de José Chazo
Artesano trata de que su oficio se mantenga en su parroquia Pasa. Él aprendió el oficio de su padre.
Recipientes de diferentes tamaños para guardar granos, dinero o joyas, así como sombreros e incluso copas para beber vino son las artesanías que elabora José Chazo, oriundo de la comunidad Cuatro Esquinas, parroquia Pasa, en la zona alta de Ambato.
Él utiliza la paja blanca y piolas de colores hechas con cabuya para dar forma a sus creaciones.
Su proceso comienza con la recolección de la paja blanca en los páramos de la parroquia, tratando de no afectar al ecosistema de la zona. Chazo sabe que este elemento es importante para la recolección del agua en las partes altas, porque sirven como esponjas para suministrar al medio en época de sequía.
Para la recolección dedica un día completo porque tiene que escoger bien la paja blanca que requiere para su trabajo.
Los precios de los artículos terminados van desde $ 1 hasta $ 15, según el tamaño.
Recuerda que hace más de 50 años aprendió el tejido con su papá Pedro Chazo.
Carmen Chango, esposa de Chazo, asegura que su principal actividad es el trabajo en la agricultura, pero que cuando tiene tiempo ayuda en la elaboración de los artículos, especialmente en el cosido de las piezas.
“Es una actividad completamente artesanal porque todo el proceso se lo hace a mano, incluso para coser se utiliza aguja y el hilo, así quedan muy resistentes”, dice.
Los productos de Chazo se han mostrado en ferias de emprendimientos de la provincia, pero principalmente se exhiben para la venta en la parroquia Pasa.
Con algo de nostalgia comenta que tiene seis hijos, pero ellos no se han interesado en seguir con el trabajo artesanal que realiza. Sus hijos tienen otras labores y residen en diferentes ciudades.
Un sobrino aprendió esta labor, pero falleció, por lo que teme que su oficio termine.
No quiere que se pierda esta tradición familiar, por esa razón dice que está dispuesto a enseñar este oficio a alguien de la comunidad. Ya ha realizado algunos llamados para transmitir su conocimiento, pero que lamentablemente no ha acudido nadie.