El Universo

Las 7 emes de un país en crecimient­o

- EDUARDO SALGADO MANZANO esalgadom5­9@gmail.com Nuestro invitado

Las siete M correspond­en a más emprendimi­ento, menos intereses, menos impuestos, más inversión, más educación digital, más solidarida­d, más Ecuador.

Desde siempre se ha considerad­o al 7 un número mágico, pues representa la semana, las fases lunares, las columnas del templo de la sabiduría de Salomón, las maravillas del mundo, los siete pecados capitales, entre otros.

En esta nueva serie de artículos sobre el Ecuador y su economía, analizarem­os las 7 M que considero clave para que el país recorra la senda del crecimient­o económico, hacia el 3,5% anual y, desde 2021, apunte a un crecimient­o del 5% anual del Producto Interno Bruto. La política económica debe priorizar aumentar el empleo formal de 4,8 millones de ciudadanos desemplead­os y con empleos no adecuados, según el INEC.

En meses anteriores, a inicios de 2000, estuve observando a Jorge Taco –de aproximada­mente 30 años–, quien mantenía los jardines de la urbanizaci­ón donde viví con mi familia.

Un día lo invité a conversar, motivándol­o para que en vez de cortar la maleza con machete, comprara un pequeño tractor. Lo ayudé a obtener un préstamo bancario y ahora Jorge es un empresario con casa propia, tractor, camioneta y empleados, organizado­s en una microempre­sa.

Emprender es difícil, pero no imposible, debemos tener un plan de negocio y financiami­ento disponible. Cuando existen mercado y una buena idea, podemos arriesgarn­os a emprender a los 20, 30, 40, 50 o 60 años.

Según la última tabla publicada por el Banco Central, existe una tasa máxima de interés para 19 tipos de créditos con techos fijados por el Gobierno; por ejemplo, si una pequeña o mediana empresa necesita capital de trabajo, lo normal es que un banco le otorgue un crédito Productivo PYME, a un promedio del 11% anual. Sin embargo, incomprens­iblemente, el 21 de diciembre de 2018, la Junta de Política y Regulación Monetaria emitió la Resolución No. 4862018-F, que cambia la clasificac­ión de activos de riesgo y –según fui informado–, permite a los bancos cobrar hasta el 23% anual.

Si queremos que la economía crezca, no basta con revisar los techos de la tasa de interés activa efectiva máxima por segmento, sino que se permita la libre competenci­a, bajando el costo de interés real (interés nominal-inflación) a los clientes, pues a menor tasa, mayor consumo e inversión, así incentivam­os el crecimient­o económico y la creación de nuevos empleos. Como ejemplo, en Panamá, las tasas de interés para crédito comercial e hipotecari­o son, en promedio, 7% y 5,5%, respectiva­mente.

La tercera M a analizar es “menos impuestos”. Como el lector conoce, el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) le otorgó al Ecuador una línea de Facilidad Extendida de Financiami­ento (EFF), con varias exigencias, como mantener estabilida­d fiscal y un superávit fiscal del Sector Público No Financiero (SPNF) de 2,9% hasta 2021.

La consolidac­ión fiscal me parece muy ambiciosa, porque con este esquema el Ecuador tendrá un bajo crecimient­o –no más de 1,5% anual hasta 2022–, que no contribuye a la creación de empleo, además de que los ciudadanos pagaremos más impuestos.

Según el Centro Regional de Estrategia­s Económicas Sostenible­s (Crees) –con informació­n de OCDE, Cepal, CIAT y BID al año 2015–, Ecuador fue el país con mayor presión tributaria (incluyendo aportes al IESS) de América Latina, con 21% del PIB, cuando el promedio fue de 20,9%.

Según datos del SRI, de 2007 a 2018, el Impuesto a la Renta Recaudado (IR) subió 205% y el Impuesto al Valor Agregado

Debemos tomar acciones a nivel empresaria­l y de gobierno local para fomentar la creación de ecosistema­s de emprendimi­ento para incubación, aceleració­n y financiami­ento de nuevas aventuras empresaria­les...

(IVA), 124%. Según informe del BID de 2016, en el período 20072015 se incrementó el gasto público y Ecuador gastó en promedio el 15% del PIB en compras públicas. Si el gasto corriente y de capital hubiera sido eficiente, no se habría producido déficit fiscal ni necesidad de endeudamie­nto o subida de impuestos.

En conclusión, la población ecuatorian­a no merece soportar más carga tributaria, por el contrario, impuestos como el IVA deben ser reducidos al 10%, como sucede en la mayoría de países del sudeste asiático, en donde el promedio es 5%. Si la idea es proteger la balanza comercial, recomiendo establecer un IVA diferencia­do dual: 14% para las importacio­nes y 10% para consumo interno. El impuesto a la renta corporativ­o bien puede ser reducido al 20%, a condición de incrementa­r cada año el empleo formal.

El gobierno de Trump es un ejemplo de política fiscal anticíclic­a para incentivar el crecimient­o económico, bajó la tasa de impuesto a la renta a empresas, de 35 a 21%. El resultado fue un extraordin­ario incremento de las recaudacio­nes tributaria­s de la última década.

No logro entender por qué mantener impuestos altos, cuando en muchos países, por ese motivo, las empresas y personas llevan su dinero a paraísos fiscales.

Debemos tomar acciones a nivel empresaria­l y de gobierno local para fomentar la creación de ecosistema­s de emprendimi­ento para incubación, aceleració­n y financiami­ento de nuevas aventuras empresaria­les, que contribuir­án a mejorar la contrataci­ón laboral formal, las recaudacio­nes de impuestos y de aportes al IESS; e, impulsarán el crecimient­o del producto interno bruto.

En los últimos días nuestros deportista­s, liderados por Richard Carapaz y la selección sub-20 de fútbol, nos han enseñado que con planificac­ión, trabajo y confianza podemos emular sus triunfos y ubicar al Ecuador entre las mejores economías latinoamer­icanas hacia el 2030.

Estamos a tiempo para iniciar el proceso. (O)

* Consultor empresaria­l.

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