La educación superio puede cubrir 51% de
LIBRE INGRESO A LA UNIVERSIDAD, CONSEGUIDO HACE 50 AÑOS, NO SE
La demanda de cupos superó los doscientos mil postulantes en 2018, pero la oferta llegó solo a 125.000. La educación a distancia se presenta como una opción.
Su sueño es estudiar Jurisprudencia, pero un obstáculo para cumplirlo es el examen Ser Bachiller. Shamira Bohórquez, que tiene 17 años y se graduó en el colegio República de Venezuela de Guayaquil en enero pasado, logró 820 puntos en la evaluación que otorga los cupos en el sistema público de educación superior en Ecuador.
Sin embargo, para cursar derecho en Guayaquil necesitaba tres puntos más. Tenía la esperanza de que en la última etapa de la postulación le den el cupo, pero, en esa instancia, el puntaje mínimo subió a 937 debido a la demanda. “Esta prueba nos quita los sueños”, se lamenta.
La joven indica que su puntaje le alcanzaba para estudiar ciertas ingenierías y la carrera
dede Pedagogía de la Educación, pero “lo analicé y no me veo en otra cosa que no sea como abogadada”. Además, la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) le dio la opción de estudiar Jurisprudencia en línea en la Universidad Estatal de Milagro (Unemi), pero Shamira desistió.
“No siento que estudiar a distancia me ayude en algo, no es la misma educación, no es como estar en un aula”, afirma. La que sí aceptó estudiar onlionli- - nene en la Unemi para “no quedarse sin nada” es Valeria Mota. Ella, de 17 años, quería optar por Agronomía. Participó en las tres etapas de la prueba de ingreso, pero no obtuvo el cupo.
“Necesitaba 900 puntos, pero saqué 718. En las otras opciones ubiqué carreras relacionadas con la agronomía. Me iba a preparar para dar el examen otra vez, pero salió la oportunidad de estudiar en línea, claro, en una carrera que no quería y acepté”, afirma.
Actualmente Valeria cursa el propedéutico de la carrera Pedagogía de Idiomas Nacionales y Extranjeros. Recibe clases de forma virtual de 20:30 a 21:30: “No es que no me guste la carrera, pero no es lo que planeé, agronomía era lo que siempre había querido”.
Tanto Shamira como Valeria son parte de los miles de jóvenes que tienen problemas para acceder a la universidad pública debido a un sistema de admisión meritocrático donde no todos llegan en condiciones iguales, asegura Miguel Cantos, investigador del Instituto Cultural Nuestra América.
“Es evidente que existe un divorcio entre los objetivos de la educación universitaria y las aspiraciones de la educación secundaria. El estudiantado llega con vacíos en la educación secundaria. La opción de ingreso actual perjudica ya que los colegios fiscales y particulares tienen diferentes contextos de en-enseñanza”,señanza”, indica.
Según información provisional de la Senescyt, en el segun