Granada falsa asustó a moradores del suburbio
Moradores de este populoso sector permanecieron con temor mientras duró el operativo.
Cerca de las 08:00 de ayer, los moradores de la 48 y la C, en el suburbio de Guayaquil, se despertaron con la sorpresa que una granada estaba sobre una carreta de comida rápidas, lo cual generó temor en todo el vecindario.
David L., un vecino del sector, fue quien descubrió el supuesto artefacto explosivo y quien de inmediato hizo el llamado al ECU911 reportando el suceso. “Yo pasaba por el lugar y de manera sorpresiva me doy cuenta de que estaba esa granada. Rápidamente llamé a mi esposa y le dije que dé aviso a la Policía”, dijo David.
En un ambiente tenso, alrededor de las 09:00, empezaron a llegar miembros de la Policía Nacional para estudiar e investigar este hecho que conmocionó al populoso barrio.
Unos 20 miembros especiales entre esos integrantes del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) tomaron procedimiento y desalojaron a los moradores (de unas 20 casas) de 100 metros a la redonda para precautelar la seguridad de las personas que residen allí.
Tras varios minutos, Fabricio Jiménez, comandante del Distrito Portete, manifestó que el GIR comprobó que se trataba de un “objeto simulado” que aparentaba un explosivo.
“Fue una falsa alarma, pero nosotros lo hacemos como real, todas las llamadas de amenazas de bomba las neutralizamos de la misma manera y después comprobamos si es o no real”, precisó el comandante.
Citó que el procedimiento en estos casos es cubrir el objeto sospechoso con una carga explosiva débil, para contrarrestar el efecto cuando la granada explote en caso de ser real.
Otro vecino, Luis Parra, dijo El artefacto hallado en una carretilla en el sector.
que el artefacto tenía todo el aspecto de ser real, por eso “todo el barrio empezó a llamar a los policías. Teníamos miedo en que de un momento a otro vaya a explotar”, dijo.
Aunque nunca se ha detonado algún artefacto explosivo en este sector, sus moradores pensaron que se trataba de algún atentado por la proliferación de expendedores de drogas. “Este barrio es un poco peligroso. La venta de drogas no tiene control de las autoridades”, dijo otro vecino.