Ernesto Guerra, extécnico de la Tri, critica al Bolillo. Oferta en Puerto Santa Ana se diversifica.
Ernesto Guerra Galarza es un nombre que al ser pronunciado se asocia de inmediato con dos cosas: la selección de Ecuador y el club El Nacional. Y aunque el técnico surgió del Deportivo Quito, con el que fue campeón como jugador (1964) y como DT (1968), más se recuerdan sus títulos con los militares (1976, 1982, 1992) y sus varios pasos por el banco de la Tricolor. Guerra (85 años) dirigió en 1972 en la Copa Independencia, en Brasil; en la eliminatoria al Mundial de Argentina 1978; y en la Copa América de 1983, donde logró un empate a 2 en Buenos Aires, en el Monumental. Ayer habló con este Diario sobre el desempeño de la Tri en Brasil 2019 y de las declaraciones del colombiano Hernán Darío Gómez, al que le sugirió “tener algo de modestia” y “rectificar los errores”. Además, Guerra dijo que no hay técnicos para jugar solo la Copa América o el premundial y que en el caso de Ecuador “debe encarar con dignidad cualquier juego o torneo” en que participe, porque “la defensa de la camiseta no es una broma”. Fue un debut decepcionante. Ecuador no tuvo ni pies ni cabeza. Erró en la propuesta de juego, que debió ser de mayor agresividad en la cancha. No respetó a los aficionados. Dejó un trago amargo esa presentación. posible lo sucedido. Si él piensa eso de los ecuatorianos y del fútbol nacional, no debió aceptar el cargo. Un contrato se hace entre dos partes y ahí se analizan todos los pros y los contras para aceptar o no. Él no debe buscar culpables en otro lado que no sea en el cuerpo técnico, dirigentes y jugadores. La afición lo único que hace es ser fiel a su divisa, si no veamos cómo se recibió a la sub-20 (tercera en el Mundial de Polonia), que nos hizo sentir muy orgullosos. Estos chicos defendieron con actitud la camiseta, más allá de que salgan o no las cosas.
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El juez tardó en expulsar a (José) Quintero. A Antonio Valencia le falta ser (en la Selección) un consejero, un líder en la cancha
Un técnico no puede hacer esa clase de declaraciones. Lo cierto es que el único culpable de las derrotas es el entrenador. Así era en mi tiempo y así seguirá siendo. Al fin y al cabo él maneja la batuta, decide a quiénes convoca, qué sistema táctico usa, qué estrategia ordena, qué tipo de charlas da. Es quien manda y es el responsable único de lo que suceda. Gómez debe hacer correcciones. Eso solo es responsabilidad del técnico y él sabrá a quiénes convoca, de acuerdo con la competencia a la que va a ir. otro futbolista y a uno mismo. Eso me dolió. El árbitro se demoró en expulsarlo (a Quintero). Él es uno de los causantes del desastre. Lo de Antonio Valencia es diferente. Jugó mucho tiempo con futbolistas con quienes ya se entendía (en el Manchester United). Pero acá a Valencia le falta ser un consejero, un líder en la cancha. Lo único que deseo es una reacción positiva de Ecuador. Los jugadores y el técnico habrán hecho una autocrítica para rectificar. Esto no es de lamentarse y ponerse a llorar, sino momento de reivindicarse. Ante Chile, sobre todo, debe haber pundonor. Ese es un gran error. Con la camiseta ecuatoriana no es para chanza (broma) en unos partidos y en otros para defenderla con dignidad. En todos los partidos o torneos donde uno se pone la camiseta de Ecuador hay que salir a dejarlo todo. No son juegos solteros contra casados. Esa declaración le costó al Bolillo. Es como si quisiera decir que No sé si él está desenfocado. Recibió muchos aplausos por sus aciertos (cuando clasificó a Ecuador por primera vez a un Mundial, el del 2002), pero esa justificación ofende al entorno de la Selección. Bolillo cree que es una persona intocable, un técnico al que no hay cómo analizarle sus decisiones, pero está equivocado. Todo esto le debería servir para rectificar y en adelante tener algo de modestia. Ojalá pueda hacer que Ecuador termine bien en esta Copa América. Que Ecuador no haya tenido ni pies ni cabeza en el debut debe preocuparlo. Debe estar amargado, triste, pero esa no
es la forma de reaccionar. Los hombres, ante la adversidad, nos levantamos, alzamos la cabeza y miramos al frente en busca de la reivindicación. Existe un contrato y eso debe respetarse en todas sus cláusulas. Nadie debe botar la toalla. Ya luego se analizarán errores, aciertos y responsabilidades. (D)