Cuándo volveremos a crear nuestro suero antiofídico
El accidente ofídico o mordedura de serpiente es una de las principales emergencias médicas, sobre todo a nivel de la Costa y del Oriente ecuatoriano. El veneno de estos reptiles tiene múltiples acciones sobre el organismo humano, de ahí que se torna importante conocer la taxonomía de las víboras venenosas, más aún en regiones como la costera, donde los casos son de cotidianidad, siendo más prevalentes en las personas que viven en el campo.
En el Litoral los principales género de serpientes venenosas son Bothrops asper, Bothrops atrox, Bothrops schlegelii. El veneno de estos animales tiene las propiedades de ser necrotizante y anticoagulante. Es decir, daña los tejidos alrededor de donde las serpientes clavan los colmillos, con posible extensión de las lesiones si no hay un tratamiento adecuado; además de que bloquean la coagulación de la sangre y hace que exista peligro de hemorragias que van desde leves hasta graves, como un derrame cerebral, si no se actúa con el antídoto de forma correcta y oportuna. Es aquí donde el abastecimiento y una buena calidad del suero antiveneno (debe ser específico contra los principales tipos de serpientes venenosas de la región) o también conocido como suero antiofídico, debe dar a los médicos el aliciente de saber que se actuará en contra del veneno específico de la serpiente que hizo la mordedura.
En Ecuador, el Instituto Nacional de Higiene y Medicina Tropical Leopoldo Izquieta Pérez que otrora produjo antiveneno para el país, por cumplimiento del Decreto Ejecutivo 1290 en el año 2012 se escindió en la Agencia de Registro, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) y en el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi); ambas instituciones acogieron sus competencias. La producción de los biológicos se encargaría al Inspi hasta que la Empresa Pública de Fármacos (Enfarma) contara con la capacidad tecnológica para el efecto. Luego de múltiples intentos de los involucrados para superar la curva de aprendizaje, esta transferencia de competencias motivada para “fortalecer la institucionalidad” y “mejorar la calidad” de los productos ofertados, no ha conseguido su objetivo y ha dejado como resultado que la única alternativa de antiveneno sea una empresa privada que importa el antiveneno desde Costa Rica (Instituto Clodomiro Picado); proveyendo de un suero antiofídico distinto al de serpientes del territorio ecuatoriano y por ende, la respuesta clínica a su antiveneno es inferior a lo que se necesita.
Urge que el Estado provea a hospitales y clínicas de suero antiofídico específico contra serpientes de nuestro país. Ya que los riesgos de ineficacia y los riesgos de reacciones alérgicas son altas. (O)