El tránsito en Guayaquil
Uno de los temas no resueltos en Guayaquil es el tránsito. De poco sirve tener avenidas de hasta 10 carriles y un sistema de transporte masivo como la Metrovía. Es verdad que no hemos llegado al extremo de un ‘pico y placa’, pero la situación es tan frágil que un simple tubo bajo puede causar un gran embotellamiento.
No me refiero solamente a las congestiones vehiculares que en ciertas horas ocurren en todas partes del mundo, sino en general al movimiento de vehículos y personas que por cualquier medio pueden sembrar el caos en las calles de Guayaquil. Las observaciones son numerosas, a saber: los taxis amarillos y de todo color que se amontonan en cualquier sitio por agarrar un pasajero; los taxis amigables de las aplicaciones por internet que la gente los prefiere, pero que nadie controla; los taxímetros que nadie usa; los vehículos que circulan sin placas; los conductores de buses que manejan sin licencia; las tricimotos que no han podido ser regularizadas ni homologadas; los parquímetros que deberían estar en todas las calles principales; los semáforos llenos de vendedores ambulantes, mendigos, limpiaparabrisas y artistas callejeros; los peatones que cruzan las calles por zonas no autorizadas; los carros que invaden los carriles de la Metrovía; los lavacarros y mecánicos que laboran en la vía pública; los buses que botan humo negro y que pasan de agache la revisión técnica vehicular; los buses de Durán que compiten sobre el puente de la Unidad Nacional; los buses, minibuses, microbuses y furgonetas de transporte escolar que deberían tener un tamaño estándar; los paraderos para buses urbanos como los de la vía a la costa que siguen en stand by; etc.
Cuando arrancó la Metrovía la promesa fue que la ciudad quedaría libre de buses, pero fue mentira. Ahora cuentan con corredores exclusivos como los de las calles Los Ríos y Esmeraldas, donde los buses tienen dos carriles y apenas un carril se destina para el resto del tráfico. También es normal ver caravanas de buses como los que salen de la Atarazana hacia la Plaza Dañín o los que circulan por la av. San Jorge. Se favorece tanto a los buses que no les importa el daño que puedan causar. A la calle José Mascote la convirtieron en corredor exclusivo de buses en sentido norte a sur, pero al poco tiempo se arrepintieron, la hicieron de sur a norte y retiraron los buses.
También deberían eliminarse las designaciones de las calles que nadie usa ni entiende. ¿Alguien conoce, por ejemplo, dónde queda el Pasaje 10 NO que nace en la Avenida 33 NO y termina en la calle 19A NO, que el Municipio lo acaba de denominar Miguel Donoso Pareja?
Creo que es urgente refrescar la administración del tránsito en Guayaquil y que se propicie un cambio generacional para hacer las cosas de una manera diferente. (O)