A más complejidad, más razonamiento
La no despenalización del aborto en Ecuador ha sido recibida por unos con júbilo, por otros con gritos de protesta. Sigue planteada la pregunta: ¿Es realidad qué interesa prevalentemente al clero o a todos los hombres y mujeres de todos los pueblos?
Estando en juego intereses económicos, éticos, sociales, son comprensibles los desahogos de los que esperaban la legalización del aborto. Pretender ofender con el calificativo “conservadores” a los opuestos al aborto es inocuo. Defender la vida fue ayer, es hoy y será mañana un valor; defensa ajena a las ofensas: desprecio e insulto.
Para comenzar de la raíz, hay que responder unas preguntas, aunque parezcan ofensivas: la unión sexual humana tiene algo específico, o queda en el nivel de la unión sexual de dos perritos: ¿yo te uso, tú me usas, nosotros nos usamos? ¿Es solo satisfacción de un apetito, o es también una mutua donación? ¿Es humano encerrar el yo en el hoy y en el aquí, prescindiendo de la otra persona y del futuro?
Se requiere cultivar en la familia, en la escuela, en los diversos estratos de la sociedad la verdad, la creatividad, la solidaridad, en concreto la interdependencia de la persona humana.
La respuesta marca la diferencia entre persona humana, animal consciente y responsable, y los otros animales. La unión sexual humana es encuentro de dos personas, abierto a la vida y a la responsabilidad.
El aborto, según los científicos en general, es la expulsión de un óvulo fecundado (y anidado). El aborto es primeramente un asunto científico. Porque la ciencia dice que aborto es matar una vida humana; la religión lo considera un mal moral, cuya maldad no es “talla única”.
En este problema aborto, como en algunos otros, varios opositores cambian de tema. Es clara la tendencia de los fautores del aborto a ocultar su falta de argumentos en el ataque a la Iglesia, que por ‘oscurantismo’ se opone al aborto. De acuerdo a la ciencia, desde la concepción existe vida humana. A partir de la novena semana es un ser humano distinto e independiente; pero necesita el claustro materno para su desarrollo. (Nicolás Barredo, doctor en ciencias biológicas). Con las nuevas técnicas se puede decir que un embrión de una semana es varón o mujer, afirma el médico genetista francés, considerado padre de la genética (publica la Fundación Lejeune).
En el aborto se juntan elementos, que influyen en diverso grado, especialmente en el campo ético y moral. Elementos que hay que tener en cuenta, para atenderlo y juzgarlo: la realidad personal de la mujer encinta, la ciencia, la ética, la moral, la realidad social nacional e internacional.
Sin una formación integral, que junta instrucción, maduración de la mente y de la voluntad, no se percibe claramente esta diferencia y se prefiere permanecer en el nivel de la mera animalidad. Algunos funcionarios dejan a la ONU en este nivel.
Las leyes ayudan, pero no suplen la formación integral de las personas, de generación en generación. Hay fuerzas ideológicas, económicas, políticas, que anuncian una nueva ofensiva. (O)