El respeto a las FF. AA.
Las Fuerzas Armadas son la columna vertebral, brazo de la patria. Si el Ejército no participa de las inquietudes del pueblo, no se relaciona con el alma nacional; en un momento de desgracia la patria puede ser barrida de su mapa. El Ejército es una de las instituciones más nobles en la historia de la humanidad.
Hállanse en el Ejército las más excelsas virtudes para que el hombre llegue a ser un verdadero hombre: la formación de la personalidad individual y la consagración constante a la finalidad colectiva; el mando y la obediencia al valor y al hábil cálculo ante los peligros; el honor y el sacrificio, el desafío a las durezas de la vida; la capacidad para romper los obstáculos que se imponen al imperio de los valores. Paz, esperanza y eficacia son sus metas. Todos somos responsables ante la patria ecuatoriana, del respeto a las Fuerzas Armadas, las cuales llevan en su alma civismo, honor, sacrificio y heroísmo, que producen autonomía nacional. El militar ecuatoriano, valeroso y entusiasta, inspirado en el honor y el sacrificio, es respetuoso de los elementos civiles de la República, de la Constitución y las leyes; está dispuesto a desafiar la muerte por la dignidad de la bandera.
Hay que fortalecer la pujanza militar, no para conquistar o subyugar la libertad, sino para defender a la patria y las normas de la libertad de la democracia fecunda. Recordemos que la civilización y el derecho no pueden vivir sin la fuerza militar. (O) Matilde Altamirano Silva, licenciada en Bibliotecología, Quito