Murió a los 96 años obispo que enfrentó dictadura argentina
El obispo emérito Miguel Hesayne, uno de los pocos hombres de la jerarquía de la Iglesia Católica argentina que se enfrentó a la dictadura (19761983), murió a los 96 años. Ayer estaba previsto que sus restos sean inhumados en la Catedral de la ciudad de Azul.
El fallecimiento del obispo emérito de la diócesis de Viedma se produjo el domingo, informó la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).
Hesayne fue nombrado obispo de Viedma (800 km al sudoeste de Buenos Aires) en 1975 y tras el golpe de Estado de marzo de 1976 denunció desde allí secuestros y persecuciones por parte del régimen que dejó 30.000 desaparecidos, según organismos humanitarios.
“La tortura es inmoral, la emplee quien la emplee. Es violencia y la violencia es antihumana y anticristiana”, advirtió públicamente tras entrevistarse con el entonces ministro del Interior, general Albano Harguindeguy a quien intentó hacer oír sus denuncias.
En 1985, ya en democracia, Hesayne dio su testimonio en el histórico Juicio a las Juntas, que sentenció a prisión perpetua a los jerarcas de la dictadura Jorge Videla y Emilio Massera, entre otras condenas.
Años más tarde, tras la anulación de leyes de amnistía, en 2006 dio su testimonio en el juicio por la muerte en 1976 del obispo Enrique Angelelli, de La Rioja, a la que calificó como “un martirio”.
Angelelli, beatificado en marzo pasado, murió en 1976 en un incidente de tránsito que la dictadura hizo pasar por accidente, pero tres décadas más tarde la justicia condenó por la intencionalidad del hecho a la cúpula militar de entonces.
Hesayne también denunció a lo largo del tiempo las políticas económicas neoliberales de sucesivos gobiernos constitucionales, a las que calificó de “genocidio de guante blanco”, según escribió en una carta al expresidente Fernando de la Rúa (1999-2001).