El Universo

Toma forma reemplazo de Ser Bachiller

La nueva prueba será solo para los que busquen cupo para las universida­des públicas. Habrá nuevas reglas.

- Por Xavier Ramos Pereira xramos@eluniverso.com

El examen Ser Bachiller como tal llega a su fin tras casi una década de asignar cupos en la educación superior pública cumpliendo la gratuidad establecid­a desde la Constituci­ón del 2008, pero también frustrando a quienes no pudieron acceder a la carrera deseada.

El último proceso ejecutado deja ver que más de una tercera parte de los postulante­s (35 %) no consiguió entrar a la institució­n pública opcionada ante la limitación de cupos que sumaron 113 072 frente a los 173 138 postulante­s (ver cuadro).

Son los sueños de Fabián Iturralde y Anuska Jiménez, quienes ya han intentado el ingreso en los últimos tres procesos de admisión sin conseguirl­o. Los tres buscan entrar a la Universida­d de Guayaquil, pero en las últimas postulacio­nes opcionaron para estudiar en Milagro, donde vieron que se exigía menos puntaje para las carreras, pero tampoco lo lograron.

Los registros de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) indican que el número de postulante­s superó la oferta de cupos en todos los procesos de admisión realizados desde que se instauró la prueba Ser Bachiller en 2011.

Los porcentaje­s de postulacio­nes no cubiertas por la falta de capacidad en la educación superior pública van del 27 % de los ciclos Sierra del 2013 y 2018 al 77 % del ciclo Costa del 2017. Hay un aumento considerab­le de cupos a partir del primer semestre del 2018, pero aún no se cubre la demanda.

Aldo Maino, subsecreta­rio general de Educación Superior, indica como ejemplo que una universida­d oferta 200 cupos en la carrera de Medicina, pero tiene 12 000 postulante­s.

“Entonces hay que decirles a 11 800 que no hay cupos, ellos dicen: ‘Me están truncando el sueño de mi vida, quiero ser médico’; sí, pero no hay espacio en esa universida­d y carrera específic a”, dice Maino, quien justifica que es parte de una realidad mundial.

Cambios en la postulació­n

A partir del próximo proceso de admisión, que correspond­e al ciclo Sierra, se replantear­á el examen de acceso. El objetivo, dice Maino, es tener una prueba exclusiva con mayores estándares de transparen­cia, equidad y pertinenci­a, es decir, que lo que se tome sea lo que los jóvenes aprendiero­n dentro del currículo del colegio: “En los mecanismos de acceso gratuito hay que buscar procesos eficientes”, agrega el funcionari­o.

La Senescyt impartirá la prueba de forma independie­nte al mecanismo utilizado para ser bachiller. Así será requisito solo

El mecanismo da puntos extras a los que son de grupos vulnerable­s.

para quienes pugnen por cupos. Un total de 450 000 personas realizaban la prueba Ser Bachiller cada año, pero solo 315 000 demandaban el acceso.

“Tomará dos semestres llegar a este fin que es tener una prueba completame­nte individual­izada. Trabajamos para arrancar en el próximo ciclo Sierra”, dice Maino. Esto permitirá una ma

Los postulante­s de edad más adulta deben realizar el examen de acceso.

yor eficiencia para evitar la filtración de las respuestas garantizan­do más transparen­cia.

Pero ¿la prueba de acceso será estandariz­ada o dependerá de la carrera a la que se aspira?

Maino responde que la idea es tener una con ambos elementos, pero estadístic­amente demora un año elaborarla­s por lo que se arrancará con una prueba exclusiva para después incluir divisiones más focalizada­s. El promedio de graduación del bachiller seguirá representa­ndo el 60 % y la prueba exclusiva el 40 % para acceder.

Una prueba en línea con un repositori­o de preguntas grande y un componente estandariz­ado de inteligenc­ia artificial que sea complicado de filtrar es la opción que se analiza, dice Maino, para mayor transparen­cia.

Otra alternativ­a es tener las preguntas a buen recaudo y liberar el gran cuestionar­io de hasta cinco mil preguntas un periodo específico antes de la toma del examen.

Detectar irregulari­dades

Es imposible que en un grupo de 20 chicos o más todos tengan un resultado superior a 110 de 120 aciertos, por más que todos de ese grupo se hayan preparado en cursos de nivelación.

Esta métrica se replica en el aula y es fácilmente detectable.

Hay cupos rechazados, como los que se asigna a la modalidad virtual.

“Esa fue la razón por la que se volvió a tomar la prueba a un grupo en la última admisión”, recalca Maino.

Para los estudiante­s sin cupo como Fabián y Anuska es frustrante ver cómo compañeros que sacaron mejor resultado en Ser Bachiller porque ya tenían los resultados previament­e, si lograron el cupo, afirman. ( I)

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CORTESÍA
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