Aglomeración ciudadana y falta de precauciones preocupan a especialistas
El riesgo de un segundo brote de la enfermedad en Guayaquil y el retorno al semáforo rojo son realidades posibles, advierten profesionales del sector médico de la ciudad. Respetar el distanciamiento de dos metros es clave, aseguran.
Guayaquil está en semáforo amarillo y poco a poco su rutina comercial intenta tener algo de normalidad. Pero las cifras dicen que sigue siendo la ciudad con más casos de coronavirus. Según los reportes del Ministerio de Salud Pública, Guayaquil está cerca de llegar a los 10 000 casos. Hasta ayer tenía 9395 casos confirmados, por lo que epidemiólogos y especialistas consultados por este Diario advierten que hay que intensificar los hábitos de prevención para evitar un segundo brote de la enfermedad.
Los profesionales insisten en que la ciudadanía debe evitar aglomeraciones, usar mascarilla al salir, lavarse las manos frecuentemente y mantener la distancia mínima sugerida de dos metros. Epidemiólogos como Federico Cabrera, del hospital Luis Vernaza, recalcan que el comportamiento y disciplina de la ciudadanía es vital.
En este nuevo régimen de semáforo sanitario en amarillo, con la restricción de movilidad un tanto flexibilizada, los especialistas llaman a la ciudadanía a evitar aglomeraciones y mantener la distancia mínima sugerida de 2 metros entre personas, para evitar la propagación del coronavirus.
Las imágenes del gentío en la Bahía: vendedores ambulantes y personas caminando entre las calles del sector, algunos sin mascarilla; de pasajeros que van codo a codo en algunos buses de transporte urbano, principalmente, en el noroeste y sur generan preocupación.
Esta falta de precaución conlleva al riesgo de un segundo brote de la enfermedad y un eventual regreso al semáforo rojo, donde prevalece el aislamiento social en el que estuvo Guayaquil desde marzo hasta el martes anterior.
El Ministerio de Salud Pública (MSP) reportó en Guayaquil 9395 casos confirmados hasta ayer. La urbe porteña es la más afectada por la pandemia que a escala nacional ha causado 3056 decesos.
Médicos de las Unidades de Cuidados Intensivos ( UCI) exhortaron a la comunidad a tomar en serio este mal, que no se trata de una simple gripe.
Alertaron de lo complejo que son los procesos de pacientes cuyo cuadro se agrava, como el de la intubación que se hace bajo anestesia general.
“Consiste en quedarse dos o tres semanas sin moverse, muchas veces boca abajo con un tubo en la boca hasta la tráquea (...) Usted no puede hablar, ni comer”, explicaron en un comunicado difundido en redes.
Gina Mendoza, presidenta del Colegio de Enfermeras del Guayas, refirió que un nuevo brote del COVID-19 saturaría los hospitales como se dio al inicio de la crisis, en marzo.
Ella refirió que no acatar las disposiciones como la de usar mascarilla, desinfectarse frecuentemente las manos y mantener la distancia respectiva no solo pone en riesgo a la persona que desobedece las normas, sino también a sus familiares y al entorno más cercano.
“Aparte de eso a nosotros, el personal de salud, también se nos expone, porque somos los que estamos en la primera línea”, comentó Mendoza, quien trabaja en el Hospital Francisco de Ycaza Bustamante.
La enfermera se contagió del coronavirus y desde el 26 de marzo dejó de trabajar, pues tuvo que guardar el aislamiento que establecen los protocolos para tardar dicha enfermedad. Se aplicó un segundo test que dio positivo y ayer estaba a la espera de practicarse una tercera evaluación.
El gremio de enfermeras del Guayas también ha sufrido los embates de la pandemia.
De 2832 profesionales que lo integran, 536 se contagiaron y de esa cifra la mitad ya se ha reintegrado a sus casas de salud, el porcentaje restante mantiene el aislamiento y un grupo de 148 enfermeras están a la espera de resultados.
Mendoza contó que no solo el COVID-19 ha mermado el número de enfermeras. En el Hospital Universitario, por ejemplo, se ha cancelado a compañeras cuyo contrato tenía partida administrativa en lugar de cuidados de enfermería, agregó la profesional de salud.
El gremio difundió un documento con recomendaciones para la población, con el propósito de evitar un nuevo brote de la patología. “Retornar al semáforo rojo significa extremar medidas de seguridad”, cita el documento.
Federico Cabrera, epidemiólogo del hospital Luis Vernaza, sostuvo que el comportamiento y disciplina de la ciudadanía es vital en esta nueva fase de la pandemia que impone una ‘nueva normalidad’. Él ve con preocupación las aglomeraciones registradas en estos días.
Los buses urbanos son uno de los espacios de mayor concentración de personas y por eso, agregó, hay que evitar esta situación con conciencia ciudadana y el debido control.
Con semáforo en amarillo el toque de queda rige de 21:00 a 05:00. La actividad comercial se reanudó paulatinamente, pero los locales solo pueden recibir el 30 % de su capacidad de aforo y trabajar con el 50 % del personal de manera presencial, pues la idea es priorizar la opción de teletrabajo.
El transporte urbano también opera parcialmente, con la disposición de llevar solo pasajeros sentados. Hay 55 rutas que trabajan entre las 05:00 y 22:00 y abarcan 6 sectores.
Los carros particulares pueden circular dos veces por semana, de lunes a sábado. Hoy transitan los vehículos con placa terminada en dígitos 2, 3 y 4; el lunes, 1, 2 y 7; martes, 3, 4, 5 y 8; miércoles, 5, 6 y 9; jueves, 6, 7, 8 y 0; y viernes, 1,9 y 0.(
El Ministerio de Salud Pública reportó 9395 contagios en la urbe.
Hoy Guayaquil cumple su cuarto día con semáforo sanitario en amarillo.