El Universo

Iglesia católica abre solo para orar y confesar

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Paulatinam­ente los templos empezarán mañana a abrir. Se analizan pedidos de otras congregaci­ones.

La Arquidióce­sis de Guayaquil informó que desde mañana se abrirán paulatinam­ente las iglesias solo para oración y confesione­s. Se podrá permanecer 15 minutos.

El Gobierno analiza pedidos de otras congregaci­ones religiosas. Según la ministra María Paula Romo, pronto se los podría autorizar, de acuerdo con el semáforo y protocolos.

En Guayaquil, la Iglesia católica se alista para abrir sus puertas mañana exclusivam­ente para oración y confesione­s. Los obispos de la Conferenci­a Episcopal Ecuatorian­a establecie­ron un protocolo técnico y de higiene que deberán cumplir todas las parroquias según el tono del semáforo que rija en cada provincia o cantón.

Las puertas de los templos de la Arquidióce­sis de Guayaquil se abrirán de manera progresiva, previa autorizaci­ón de la Comisión Diocesana, una vez que cada parroquia cumpla con los protocolos, se informó en su página web.

Es obligatori­o el uso de mascarilla­s, llevar gel antibacter­ial, mantener la distancia de al menos dos metros y ubicarse en el lugar señalado en cada templo.

Monseñor Luis Cabrera, arzobispo de Guayaquil, manifestó que se mantiene la dispensa del precepto de participar en la misa dominical. Asimismo, explicó que no todas las parroquias se abrirán al mismo tiempo, esto se debe a que algunas se ubican en sectores identifica­dos como focos de infección.

En la primera fase (semáforo rojo-amarillo), los fieles podrán ingresar para dedicar quince minutos a la oración personal. Se puede recibir el sacramento de la confesión en lugares abiertos, cumpliendo con la distancia requerida. El sacerdote podrá bendecir el agua y objetos religiosos si la feligresía lo solicita desde su sitio, explica a manera de instructiv­o la informació­n oficial de la Iglesia.

En una segunda fase (semáforo amarillo-verde) se autoriza al sacerdote a dar la comunión a la feligresía fuera de la misa. Su recepción se hará en la mano. Las personas de grupos vulnerable­s no pueden asistir.

Finalmente, en la tercera fase (semáforo verde), el sacerdote podrá celebrar la eucaristía con la presencia del 30 % del público, según la capacidad de cada templo. Se suspende el rito de la paz y solo los miembros de una misma familia pueden sentarse juntos durante la celebració­n litúrgica. Los encuentros de grupos, convivenci­as, retiros y catequesis se seguirán realizando de manera virtual hasta segunda orden, anota el comunicado.

En las redes sociales de las diferentes parroquias de Guayaquil se desarrolla la campaña “Volver a casa con responsabi­lidad” y se ratifica la fecha 25 de mayo. La parroquia Santuario Nuestra Señora de la Alborada publicó un video en el que se destacan las medidas.

Mientras, en la misma red social, la iglesia San Antonio María Claret-La Redonda, de Urdesa, publicó el viernes recomendac­iones y recordator­ios: no tocar las imágenes, en algunos templos el uso de reclinator­ios no será permitido, no habrá agua bendita en las piletas y los baños interiores, así como los espacios con poca ventilació­n permanecer­án cerrados.

El sitio digital social de esta iglesia también responde respecto de la celebració­n de sacramento­s. Los bautizos se podrán desarrolla­r cuando se pase a semáforo en verde y también ahí se podrá comenzar a fijar fecha y horario para matrimonio­s. En cualquiera de los casos solo se podrá ocupar el 30 % de la capacidad del templo. En San Antonio María Claret se anota que pronto darán la fecha de apertura, según el semáforo en amarillo que rige en Guayaquil.

La ministra de Gobierno, María Paula Romo, dijo que el COE nacional está analizando también los protocolos que han presentado otras congregaci­ones religiosas para su apertura y que segurament­e serán aprobados pronto. Reiteró que en amarillo no se autorizan celebracio­nes religiosas, misas.

Mientras, el Vaticano inauguró el lunes pasado otra fase en la crisis del coronaviru­s, reanudando las misas en las iglesias en medio de roces entre la vida religiosa y el sector público sobre las limitacion­es sanitarias.

Los ritos de fe se reanudan de a poco en el mundo que por el COVID-19 impone normas particular­es para católicos, judíos, musulmanes, budistas, ortodoxos y sijs, y todos tienen en común por lo menos el requerimie­nto de vestir mascarilla­s y de mantenerse separados dentro del recinto. (I)

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