3 lecciones de Guayaquil que asume Quito contra el COVID-19, que está en alza
La capacidad hospitalaria y sanitaria, manejo correcto de la información y coordinación entre autoridades son los tres campos prioritarios por tomar en cuenta en el combate contra el virus.
Al tiempo que Guayaquil experimenta con el semáforo amarillo una nueva fase para contrarrestar los efectos del coronavirus, Quito espera la próxima semana sus peores registros, según las previsiones de su alcalde, Jorge Yunda.
La estadística del Ministerio de Salud, contemplando solo pruebas PCR, señalan que el 22 de mayo Guayaquil cerró con 9395 contagiados y 959 fallecidos, mientras que Quito lo hizo con 2999 enfermos y 232 muertes por COVID-19. Una relación de tres y cuatro a uno entre las dos urbes.
¿Qué lecciones le deja a Quito la tragedia que vivió Guayaquil? La primera: atención médica e infraestructura sanitaria como prioridad. El cirujano Eloy Rivera reconoce que, si bien nadie estuvo preparado, aquí fue evidente la improvisación. “Las morgues no estaban listas, la clasificación de cadáveres no fue la mejor...
Quito no debe repetir estos errores”, dice el médico.
Pero la capacidad hospitalaria de la capital está en su tope, según han reconocido las autoridades municipales.
La segunda lección: información oportuna, clara y útil. Tanto Guayaquil como Quito han tenido en contra no solo “el relajamiento”, sino también a una gran cantidad de personas que se ven obligadas a dejar sus casas para ganarse el pan de cada día.
Un remedio frente a ello es la información, tanto la que llega a los hogares a través de los medios como las campañas de los gobiernos locales y central. Para la periodista Alina Manrique ese ha sido un punto débil y la cantidad de voceros y comunicados que se contradicen provocaron desconcierto y desorientación en Guayaquil.
La tercera: coordinación institucional y no promoción personal. Martha Roldós, comunicadora y analista, recuerda que en los peores días de la pandemia en Guayaquil las cifras de contagios que manejaba el Municipio no coincidía con las del Gobierno y lamenta que ninguna autoridad haya podido resolver la falta de equipamiento básico para los médicos o castigar los casos de corrupción en los hospitales.
“Esperemos que en Quito no pase lo mismo. La gente tuvo que andar de un lado al otro para que, finalmente, le dijeran que no había atención. Ojalá no les prometan a los ciudadanos camas que, en realidad, no hay ”, señala Roldós.
La analista agrega que, tras lo sucedido en el Puerto Principal, una lección clara está en que los políticos deben cumplir su trabajo sin promocionarse personalmente. Y cita casos en ese sentido. “Si realmente quieren ayudar deben hacerlo, por ejemplo, a través de las Fuerzas Armadas. No entiendo qué hacía Juan Sebastián Roldán ( jefe del Gabinete) entregando fundas”, menciona.
El panorama
Los reportes del Ministerio de Salud y la escasa información estadística del Municipio de Quito impiden un análisis técnico para la definición de qué color de semáforo debe regir desde el próximo martes.
Pese a ello, de acuerdo con los datos del MSP, al 19 de mayo, al menos tres de cada diez testeados en la capital tenían COVID-19, un escenario
Las cifras de Quito hasta el viernes son de 2999 casos positivos y 232 muertos.
que podría empeorar, pues otros 2177 tienen su diagnóstico rezagado por semanas.
Las 9762 pruebas realizadas en Quito representan muy poco, el 0,33 %, en una ciudad de 2,9 millones de habitantes.
La tendencia de los fallecimientos a causa del virus preocupa a Yunda y a la comunidad médica de Quito, pues la tendencia es al alza. Y ya el próximo martes, el alcalde podría declarar el paso del semáforo rojo al amarillo. ( I)
El próximo martes, el COE de la capital analizará si va a semáforo amarillo.