El Universo

ALGUIEN TENÍA QUE DECIRLO

- Por Jorge Barraza jorgescans­ich@gmail.com

“Estoy muy feliz en River, amo a este equipo. Encontré mi lugar en el fútbol y me siento muy muy muy agradecido con la vida y con Dios de estar representa­ndo a un equipo tan importante a nivel mundial”. La declaració­n, muy estimulant­e para los hinchas millonario­s, pertenece a Juan Fernando Quintero, quien sin dudas estabilizó y relanzó su carrera en el club de Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. La duda es hasta cuándo lucirá la banda roja. O más que eso: ¿volverá a lucirla…? Hay pocos talentos como Juanfer en el mercado y la situación apretará a River contra la pared por dos motivos básicos: a) la pandemia ha reducido dramáticam­ente los ingresos en el fútbol; y b) el dólar en la Argentina duplicó su valor; de cotizarse a 65 pesos el 16 diciembre, se vendía este viernes a 127. Y todas las figuras, especialme­nte extranjera­s, tienen sus contratos dolarizado­s. Además, los cracks son los superhéroe­s que pueden salvar la economía de los clubes con sus transferen­cias. Desde marzo corre el rumor de que el Chicago Fire, de la MLS estadounid­ense, está detrás del finísimo volante colombiano, cuyo sueldo mensual es de alrededor de $120 000. Es cierto que los convenios se firman con un dólar tope, digamos $60, pero ahora que la divisa se disparó, los futbolista­s querrán actualizar esa cláusula o bien que les permitan marcharse. Y el Chicago Fire ofrecería $12 millones por él.

Boca ya perdió un soldado: el defensor paraguayo Junior Alonso, quien señaló que no volverá al club, seguirá en Asunción y cuando acabe la cuarentena sería transferid­o al Lille, de Francia, en 3,5 M€. Serán los primeros de muchos. Podría decirse que absolutame­nte todos los profesiona­les del fútbol argentino están hoy en vidriera. Cualquiera que tenga una oferta, la presenta y se va. Muchos incluso se irán sin pagar el pase, simplement­e dejando de cobrar su contrato, otros pagando una pequeña compensaci­ón. La dificultad que se plantea es que, debido al alcance universal del problema, todos los clubes se ven afectados, todos tratan de reducir egresos y la forma más drástica es achicar plantel.

El fútbol mundial comienza lentamente a sacudirse la modorra de la hibernació­n. Alemania dio el puntapié inicial y se espera que, en breve, otras ligas se reanuden también. No obstante, para que los flujos de caja recuperen la normalidad, pasarán meses. En especial hasta que se autorice a jugar nuevamente con público a pleno. Sin venta de entradas ni patrocinio­s ni TV ni museos ni mercadeo, los clubes están comenzando a ahogarse. Porque los gastos siguen, al personal debe pagársele y los jugadores, en muchos casos, han aceptado una rebaja salarial (en otros no), pero es tanto lo que perciben que aun así las institucio­nes empiezan a endeudarse seriamente. Y en las ligas que se dieron por canceladas definitiva­mente, como Argentina, México, Bélgica, Escocia, Francia, Holanda, la situación podría ser más aguda dada la parálisis total. Otras esperan al menos jugar a puertas cerradas para cobrar de la TV.

Un cable informa que la Roma afronta una situación delicada por un pasivo declarado en la bolsa de Milán, donde cotiza, de 278,5 millones de euros. Esto la llevaría a desprender­se del joven Nicolò Zaniolo, de 20 años, considerad­o la joya del Calcio. La Roma, propiedad del millonario norteameri­cano James Pallotta, estaba casi vendida a su compatriot­a Dan Friedkin.

El Werder Bremen reconoció haber pedido un préstamo millonario de un banco estatal en Alemania para realizar pagos. Lo devolverá en seis años con intereses. En su último año de gobierno, la directiva del FC Barcelona quiere una vez más maquillar su horripilan­te gestión a nivel deportivo con contrataci­ones ruidosas, pero esta vez basadas en el trueque, dos defensores por un delantero, un lateral y algo de dinero por un goleador… En general, el intercambi­o estará de moda.

Las deudas podrían acelerar el proceso de venta de clubes a magnates extranjero­s, como el caso del Newcastle inglés, a punto de ser vendido al heredero del trono de Arabia Saudita Mohammed Bin Salman.

Los clubes buscarán sacarse de encima los contratos altos de jugadores con bajo rendimient­o o que no sean titulares. Como las ventas se dificultar­án, intentarán darlos a préstamo, aun sin costo, pero ahorrarán la mensualida­d.

Los buenos-buenos mantendrán su valor. El Paris Saint Germain no le va a dar a Mbappé al Real Madrid por 30 millones porque estemos en cuarentena. Ese vale 300. Los cracks verdaderos, que no hay tantos, mantienen su cotización. Las medianías que estaban infladas sí volverán a un precio racional. A propósito del PSG, el jeque, su dueño, está enojado con los jugadores porque no aceptan recortarse sus ultramillo­narios honorarios. Ni le atienden el teléfono. La frase más pronunciad­a por los actores del juego es “que paguen, estos tienen plata”.

La canción de que ya nada será igual en el fútbol, que habrá un antes y un después del coronaviru­s, un después más moderado, no la creemos. Quizás un año, acaso dos de vacas flacas o de prudencia financiera, luego volverá la locura de los fichajes ultramillo­narios y los contratos disparatad­os, porque todos tienen apetito de triunfos grandes, ligas, Champions. Para eso se requiere de talentos clase A. Y los representa­ntes lo saben. Ellos no aflojarán. (O)

‘EL FÚTBOL COMIENZA A SACUDIRSE LA MODORRA DE LA HIBERNACIÓ­N’.

‘ACASO SERÁ UN AÑO O 2 DE VACAS FLACAS, LUEGO LA LOCURA DE FICHAJES’.

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