ANÁLISIS
La campaña electoral del 2021 deberá registrar muchas variaciones y también muchas innovaciones. Tiene una primera limitante importante que es la salud. Dada la pandemia del COVID-19 no se podrá repetir la forma de campaña tradicional de circular por calles, llenar plazas, estadios, dar abrazos, visitar domicilios.
Se deberá buscar otra forma de campaña que contemple la distancia social suficiente. Esto obligará, seguramente, a una campaña sustancialmente digital. Una campaña digital tiene varias ventajas y algunas limitaciones. La mejor ventaja es que deberá abaratar sus costos dado que no implica las inversiones tradicionales. Aunque el hecho de campañas más baratas puede llevarnos a una gran inequidad que sería que no tengan limitaciones.
Debemos establecer nuevas limitaciones. La ley establece un monto máximo en campaña que ahora ya no tiene referencia en la realidad. Además, la campaña deberá preservar el derecho a la información de todos los ecuatorianos. También debe haber un acceso equitativo hacia los fondos que da el Estado. Además, debe haber una limitación para que la concurrencia al escenario de la comunicación sea igualitaria, es decir, que todos los movimientos o partidos tengan las mismas posibilidades de llegar con información programática y de liderazgo a los electores.
El riesgo que existe es que los excesos rápidamente pueden llegar al nivel de la sobresaturación que implica que todos los emisores de información concurren a un escenario que al saturarse el ejercicio informativo vale cero, se neutraliza y no se puede ejercer el derecho a la información. Por eso debe haber una regulación precisa en este campo.
Otra regulación es sobre el uso y naturaleza de los medios. El tema más riesgoso implica a las noticias falsas, porque el mal uso de contenidos, como ha ocurrido dentro y fuera del continente, ha permitido que virtualmente el medio imponga quién es el ganador en la campaña. Allí ya se ejerce la desinformación como mecanismo de decisión política. Las redes sociales también son importantes. Las redes internacionales no pueden ni deben ser controladas por el ejercicio de la libertad de información y de los derechos humanos en los que se sustentan.
Se debe llegar, con la mayor prontitud, a acuerdos con estas plataformas para que estas puedan autolimitarse en términos de asumir la legislación ecuatoriana y que sean ellas mismas las que se autolimiten con respecto a los contratos que lleguen con los candidatos.
Recordemos que las redes internacionales pueden segmentar, de mejor forma, los caminos para que los candidatos lleguen a los electores. La otra alternativa sería impedir que las redes participen dentro de las elecciones lo que implicaría una medida muy dura de conformación de las regulaciones de campaña. El debate también será esencial.
*Vocal del Consejo Nacional Electoral
Uno de los temas más riesgosos implica a las noticias falsas, porque el mal uso de contenidos ha permitido que virtualmente el medio imponga quién es el ganador.