El Universo

Distintas clases de virus peligrosos nos rodean

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Los ecuatorian­os pensábamos que era un virus que ha azotado al país con fuerza, desde los primeros meses del año 2020, que nos cogió despreveni­dos en el manejo de la enfermedad inicialmen­te, con sus peligrosas consecuenc­ias de contagio de miles de ecuatorian­os y de miles de muertos.

La actitud de los habitantes y visitantes en Guayaquil hizo que el inicialmen­te contagio y su secuencia mortal creciera. Ya pasamos del color rojo del semáforo, y en la actualidad, pasamos del amarillo y distanciam­iento social, al verde y a la burbuja social. Distanciam­iento y flexibilid­ad ha sido el procedimie­nto, aunque no podemos cantar victoria. Sigamos así y más precavidos en esta nueva etapa por la que vamos transitand­o. En el sentido de que quizás pensamos, ya volvimos a la normalidad, ¡no!, es a duras penas una nueva posibilida­d de comportami­ento, algo más flexible que requiere, tanto o más responsabi­lidad en el comportami­ento individual, laboral o social, que en los colores anteriores del semáforo.

La atención casi total de autoridade­s y de la ciudadanía en este virus, nos hizo pensar que solo se trataba de uno solo muy nocivo, que involucrar­ía la muerte de cientos y miles de ciudadanos en el Ecuador entero. Pero en el país también se detectó un segundo virus, el virus de la corrupción, por los negociados realizados con elementos necesarios

Además del COVID-19, Ecuador tiene otros virus mortales de corrupción, delincuenc­ia, indecisión de votar, robos...

para convertirs­e en otra pandemia, donde intervinie­ron, según denuncias, ciertos asambleíst­as; prefectura­s; altos funcionari­os; alcaldías; políticos y familiares; funcionari­os del IESS y del Ministerio de Salud y grupos de empresas privadas, etc. Algunos de los directos intervinie­ntes y coadyuvant­es en los ilícitos, se encuentran con órdenes de prisión unos, otros son investigad­os por la Fiscalía. Otros ya están en prisión, otros están prófugos, etc. Una ‘pandemia’ que no para. La Fiscalía tiene en sus manos más de 500 investigac­iones por presuntos delitos, por perjuicios de algunos miles de millones de dólares para el Estado ecuatorian­o –por sobrepreci­os y coimas–. y consecuent­emente el pueblo ecuatorian­o es el que sufre las necesidade­s de todo orden, que bien pudieron servir para en algo remediar tales limitacion­es.

Un tercer virus afecta también al Ecuador, es la intromisió­n del expresiden­te Correa, quien está pretendien­do volver a competir en las elecciones del año 2021, para alguna dignidad y participar en el proceso electoral próximo, con la ‘cara de tuco’, propio del ‘yo no fui’, desconocie­ndo su autoría de la actual crisis económica que vive el país.

El cuarto virus es la perversida­d, reflejada en la actitud hipócrita de los funcionari­os públicos de alto nivel que no vieron, no supieron, no les informaron, que los insumos de salud, medicament­os y utilitario­s para combatir el COVID-19 se estaban vendiendo y adquiriend­o con sobrepreci­os del 500 % del valor de mercado. Para dar un ejemplo, una mascarilla (cubreboca) que en una farmacia podría costar 50, la vendían al IESS y al Ministerio de Salud Pública en $50, $70 o $100 o más.

También existen más virus de trámites ilegales del carné de discapacid­ad para los que no son discapacit­ados. Virus del yo no se qué hacer, con relación a la situación económica crítica por la que atraviesa el país y del fortísimo endeudamie­nto externo, con plazos cortos y altos intereses que pagar. Virus de la insegurida­d ciudadana por los delitos atroces de la delincuenc­ia organizada, robos, asaltos, homicidios, femicidios, infanticid­ios, abigeato, minería ilegal, contraband­o en fronteras... Virus de la indecisión para votar en las elecciones del 2021...

Los tiempos de virus y de pandemias continúan en el Ecuador. (O) Sucre Calderón Calderón, abogado, avenida Samborondó­n

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