Muertes en pandemia
Pienso en el COVID-19 y el efecto que ha causado en todos cuando enfrentamos a un contagio y posiblemente a la muerte, y al comentar el tema con los amigos, colegas y familiares, veo un desfile de rostros que sin palabras, pero con el lenguaje de las formas corporales susurran una única verdad: el miedo a la muerte nos carcome a todos sin piedad desde adentro.
La muerte convive con cada uno, se insinúa inexorablemente su presencia, se hace cada vez más evidente en esta pandemia. La exclamación de san Agustín ante un niño recién nacido, ”tampoco este se escabullirá de ella”, sobre la muerte, me hace meditar con humildad. Todos tenemos miedo y en el fondo todos los miedos son un único miedo: a la muerte. Pero no termino de entender, por qué tratamos de anular el único acontecimiento absolutamente cierto, esforzándonos por no hablar de él. Hoy enfrentamos un virus y nos han instruido quienes conocen el tema, de cosas sencillas como son lávate las manos, mantén una distancia social, usa mascarillas y sobre todo quédate en casa. Pero muchos de nosotros seguimos caminando como si nada pasara, entre amigos olvidándonos de todas las medidas de seguridad y de pronto vemos cómo un ser amado emprende el camino al infinito y nuestra ciencia se queda impotente.
Nos aturdimos con ideales e ilusiones en la cuarentena, sin embargo ya estamos saliendo a los centros comerciales, playas, etc., pero todo lo que hagamos no cambiará la realidad, que el virus está en todos los lugares. Recordemos la frase que se atribuye a Dios: “Cuídate que te cuidaré”, que despierta la humildad y responsabilidad de asumir en la vida. (O)
Oswaldo Solórzano Vallejo, Guayaquil