Innovadora tecnología
ser vivo, animal o vegetal. Mientras se zanja la disputa sobre la perversidad alimentaria de los transgénicos, empresas privadas de países de mayor desarrollo avanzan raudas hacia la obtención de variedades de superior productividad, óptima calidad, más nutritivas, fáciles de enriquecimiento vitamínico, resistentes a enfermedades, utilizando edición genómica, que no involucra traspaso de genes de diferentes individuos al receptor a mejorar, sino que a través de una versátil reacomodación de genes se ocultan los aspectos negativos y se muestran los positivos que determinan ventajas, como incremento de rendimientos y otras cualidades que actualmente no posee o las tiene en mínima proporción.
Se trata de un procedimiento en continuo afinamiento, que logra desaparecer rasgos no deseables de las plantas cultivadas, como la susceptibilidad a pestes catastróficas, de manera más rápida, económica y segura, eclipsando el lento andar de la innovación tradicional, inclusive la transgénica, es decir, rebasa en mucho a los bienes resultantes de ese vedado mecanismo, al agregar ADN de tipos diferentes, que los consumidores descartan.
Recientes informaciones de centros especializados han dado a conocer que pronto se dispondrá de variedades de banano que neutralizarán a la peligrosa enfermedad Fusariosis, raza tropical 4, gracias a que se ha identificado en el ADN al elemento responsable de la resistencia a ese mal, presente pero oculto en la misma estructura genética de la musácea, con la particularidad de mantener y hasta mejorar las bondades de la actual variedad Cavendish, conservando su color, grosor, dulzor una vez maduro, tolerancia a la distante travesía y respuesta favorable a la adecuada nutrición, en los tipos convencionales y orgánicos.
Las diferencias aludidas han sido resumidas en la siguiente frase: “Todos los transgénicos son organismos modificados genéticamente (OMG), pero no todos los OMG son transgénicos, puntualización básica para orientar las regulaciones” que el país no ha observado.
El Ejecutivo próximo a elegirse debería tener apertura a este tema y sin ningún complejo habilitar el camino a la prosperidad agrícola, inaugurando un esquema de investigación que comience capacitando a jóvenes profesionales en liceos superiores especializados del exterior, incluyendo becas a maestros de las universidades ecuatorianas, para que a su retorno contribuyan a este inaplazable objetivo, que hará realidad el unánime deseo de superación de la agricultura ecuatoriana. (O)