El Universo

Las vacunas se compran con anticipaci­ón, aunque aún no estén certificad­as

- Por Xavier Ramos Pereira xramos@eluniverso.com

La compra de vacunas para la red pública de salud de la región se hace a través de la Organizaci­ón Panamerica­na de la Salud (OPS) por motivos de transparen­cia. Así 41 Estados y territorio­s de América no tienen contacto directo con las farmacéuti­cas que las fabrican.

El objetivo es que los miembros de la OPS combinen sus recursos para adquirir vacunas al precio más bajo con la economía de escala que permite las compras al granel.

El fondo común incluye una línea de crédito que permite a los países pagar en un plazo de 60 días posterior al arribo de los productos biológicos.

Las naciones demandan con hasta un año de antelación las dosis que requerirán de acuerdo con su perfil epidemioló­gico y el cuadro de inmunizaci­ón (número de veces que se suministra). De ahí que urge planificar las del COVID-19, cuya vacuna está en proceso.

Las donaciones son otra forma de acceder, como cuando la OPS dio al país kits de diagnóstic­o del coronaviru­s en marzo pasado. El mecanismo de certificac­ión de las vacunas toma en cuenta las aprobacion­es que da la Administra­ción de Medicament­os y Alimentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) y la Agencia de Europea de Medicament­os de la Unión Europea (UE).

Ecuador compra las dosis de vacunas para 200 000 nacidos vivos al año.

La OPS tiene un fondo rotatorio que incluye un listado de las precalific­adas por la OMS. “Las vacunas que tienen un buen perfil de seguridad y de efectivida­d entran al listado y los países de América Latina tienen la posibilida­d de selecciona­r las que son más prioritari­as para sus sistemas de salud. Con la del COVID-19 se está acelerando el proceso”, dice Tamara Rosales, infectólog­a y gerenta médica de vacunas de GSK (GlaxoSmith­Kline).

El financiami­ento listo para ser usado debe ser una previsión del Ecuador para acceder a la vacuna del COVID-19 que está en análisis, indica Luis Sarrazín, exministro de Salud.

Él recuerda que cuando culminaba su periodo porque entraba el nuevo presidente de la República electo, León Febres-Cordero en 1984, se dio la amenaza del sarampión en el país, por lo que destinó un fondo de $200 000 que depositó en el banco de vacunas en Washington de la OPS para asegurar el lote que se iba a requerir.

“Lo que se hizo fue disponer de esos ahorros y enviarlos para tenerlos allí a buena cuenta y que cuando llegue el nuevo ministro de Salud del Ecuador y necesite pedir una cantidad importante de vacunas contra el sarampión ya tenga en el chanchito el fondo depositado para la compra”, agrega.

Se trató de dosis ya certificad­as por la OMS. Sin embargo, Sarrazín advierte que antes de todo “hay que esperar que (la vacuna del coronaviru­s) salga para tener acceso a ella, mientras no esté en fase de comerciali­zación probada con todas las seguridade­s, pues todo lo demás es teórico”, dice.

Si la OPS se encargará de la distribuci­ón de la vacuna del COVID-19 en la región lo hará de acuerdo con las necesidade­s y los recursos económicos que disponga cada país, señala Sarrazín, o se puede asegurar la compra de forma directa: “Brasil

Las vacunas deben entrar a fase de comerciali­zación para que sean vendidas.

ha hecho una precompra a la Universida­d de Oxford”, dice.

Francisco Andino, exministro de Salud, recomienda prudencia antes de suministra­r las dosis, observando los resultados en otros países. “Cuando fui ministro (en 2003) implementa­mos la pentavalen­te en el programa ampliado de inmunizaci­ones, con ello incluimos la prevención de la hepatitis b que aún se aplica, entonces hay que revisar bien todo el proceso”, dice. (I)

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