¿Temas para distraer?
No poder ejercer eficientemente una conducción económica o política, en un país, o no ser aportante en positivo desde la crítica al debate o a la búsqueda de soluciones, genera el riesgo de que se piense y/o actúe con la consigna de “a falta de pan, circo”.
Por eso, la demanda de seriedad y rectitud en investigaciones y procesos que deban cumplirse. En la amoralidad dominante en varios entornos, irán saltando temas. El más reciente es el de las exenciones tributarias para importar vehículos de alta gama con carné de discapacitados.
A fines de los años 60, un político tachó a otro de delincuente, recibiendo la réplica: “Usted aún no ha tenido la oportunidad de elevarse de la categoría de ratero, ahí está estancado y quizás feliz: mete la uña y se apropia de todo lo que puede”.
Los rateros se multiplican en los espacios de poder más que los ratones. ¿Quiénes les permiten las raterías? Unos y otros deberían ser investigados.
Los de los vehículos de quienes han asumido ser discapacitados en porcentajes que no hay credibilidad que tengan, aun sobre cualquier dificultad de marcha o auditiva que mencionen, y los que ‘timbran’ desde el poder para priorizar pagos, sobre cuentas fiscales ilíquidas, se dan por los entornos que vienen facilitando sus ilícitos y desde tiempo anterior a la pandemia del COVID-19.
¿La solución pasa por reformas legales? No necesariamente.
Un ejemplo: en el Código Orgánico del Sistema Nacional de Contratación Pública está escrito “Art. 101.- Retención indebida de pagos.- El funcionario o empleado al que incumba el pago de planillas u otras obligaciones de una Entidad Contratante que retenga o retarde indebidamente el pago de los valores correspondientes, en relación al procedimiento de pago establecido en los contratos respectivos, será destituido de su cargo por la autoridad nominadora y sancionado con una multa no menor de 10 salarios básicos unificados, que podrá llegar al diez (10 %) por ciento del valor indebidamente retenido, sin perjuicio de las acciones civiles y penales a que hubiere lugar”. ¡Qué buena norma!, deberían exclamar empresarios ofertantes en la contratación pública en el Ecuador. Mejor imposible. ¿Cuál la verdad?, que es puro cuento.
En la contratación pública hay mañosería en los procesos precontractuales, en la valoración de ofertas, en los procesos de adjudicación y luego en los pagos. Por eso, Daniel Salcedo –el de la avioneta que ahora su abogado Luigi García dice que sufre de delirios que lo transportan al año 2016, que ahí están estancados sus recuerdos– y otros delincuentes han dominado múltiples escenarios de la contratación pública.
El Portal Institucional del Sercop, diseñado para ser el espacio que legitima todos los pasos en los procesos contractuales, es irrespetado por quienes frenan el ingreso de dichos pasos, y luego los ingresan en ‘paquete’, cuando algunos de estos, los posteriores, no habrían podido darse de no estar ejecutoriadas resoluciones o pronunciamientos anteriores. Creo que Silvana Vallejo, directora general del Sercop, tiene la decisión de fortalecer la idoneidad de la contratación pública, pero se debe avanzar. (O)
“Usted aún no ha tenido la oportunidad de elevarse de la categoría de ratero, ahí está estancado y quizás feliz...”.