Candidato presidencial
Valdría la pena que el candidato a la presidencia nos presente las ideas, propuestas y programa que tiene para sacarnos del hoyo profundo en el que nos encontramos los ecuatorianos. Imaginémonos que hemos caído en un estanque y pasan las horas, los días, desesperados ya nos damos por vencidos, nos queda un débil hálito de vida, pero en ese estado todavía pensamos que podemos ser salvados.
Hay algunas personas que con dificultad circundan el estanque sin atinar por la forma más rápida e inteligente para el rescate, tienen mucha dubitación. Necesitamos que alguien con determinación nos arroje una cuerda segura para revertir la situación. ¿Será esa persona? ¿Tendrá la suficiente fuerza para llevarnos a la superficie? ¿Tendrá la heroica intención de reanimarnos y la inquebrantable voluntad de que sigamos con vida pese al calamitoso estado en que nos encontramos después de la estrepitosa caída al fondo del pozo, por la malévola y criminal acción de quienes estaban obligados a protegernos y no lo hicieron? El Ecuador requiere del político diferente al tradicional, no el demagogo que ve la presidencia como un certificado de la más alta distinción para inflar su ego o, peor, como un botín que incremente su riqueza material. Necesita de un ser humano con espíritu sensible a las necesidades urgentes de la población. Que se imponga el combate a la pobreza y dotar de educación y salud pública de calidad, que disminuya la intolerable brecha social hecha más evidente por la pandemia. Nada de deslumbrón que cuesta y es oportunidad para que los asaltantes del Estado que nunca faltan manchen el accionar de quien dirige la nación. El Ecuador necesita una persona mandataria que respete la institucionalidad, pero sea firme en el respaldo y en la defensa de los derechos de sus conciudadanos. Con ideas, creatividad, para que la gestión económica sea de fomento de la producción y no únicamente de endeudamiento. Que se comprometa ahora sí de verdad en el combate a la corrupción y señalamiento de los corruptos, no permita más generalizaciones sino plena identificación de aquellos. Por donde debe empezar el elegido, es por arreglar el escenario caótico que política, social y económicamente es el Ecuador. Queda todo en las manos de la persona candidata electa.
Dios acompañe sus decisiones. (O)
César Bravo Bermeo, médico, Guayaquil