FERMENTADOS EN NUESTRA ALIMENTACIÓN
“Desde luego, numerosos factores pueden contribuir a la aparición de desórdenes gastrointestinales, tales como la predisposición genética o situaciones de estrés. Pero una dieta adecuada es sin duda una gran aliada para prevenir y mitigar estos problemas digestivos”, sostiene Humberto Martín Brieva, del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, en una reciente entrevista publicada en la revista Hola. Destaca el papel que juegan los alimentos y bebidas fermentadas en la salud gastrointestinal y, en particular, en la microbiota, fundamental para un correcto bienestar. “La ingesta de alimentos fermentados se ha relacionado con la prevención de enfermedades cardiovasculares o metabólicas, como
La fermentación implica una mayor digestibilidad de los alimentos.
la diabetes, así como con la mejora del estado inmunitario o cognitivo y, por supuesto, nuestro proceso de digestión”, expone. El experto explica que “las fermentaciones son procesos de transformación de materias primas alimentarias, llevados a cabo por microorganismos, que conducen a la mejora de las características del alimento. Durante la fermentación los microorganismos van a consumir azúcares, produciendo compuestos como ácido láctico o alcohol y transformando las características organolépticas y nutricionales del alimento”. Entre alguno de los fermentados más frecuentes en nuestro entorno, el especialista menciona a los derivados lácteos, como el yogur, algunos vegetales, como las aceitunas o el chucrut, o bebidas como la cerveza o el vino. Sin embargo, recalca que cada vez son más frecuentes fermentados que antes se consideraban exóticos, como el kimchi o la kombucha (bebida). (I)