SEGUROS Y SALUDABLES EN LAS FESTIVIDADES
Será difícil abstenerse de hacer reuniones con familiares y amigos cercanos por las festividades de Navidad y fin de año, especialmente luego de tantos meses de restricciones de movilidad y de sociabilidad.
La preocupación respecto de que se produzcan contagios en ese tipo de reuniones ha llevado a un pedido generalizado de hacer un especial esfuerzo por evitar concentraciones de personas. O, en su defecto, procurar que sean con pocas personas, en espacios ventilados y que duren el menor tiempo posible.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que los participantes usen mascarillas y mantengan la distancia física de al menos dos metros. Este pedido parecerá de difícil ejecución; sin embargo, dependerá de la decisión individual sopesar riesgos y beneficios.
La seguridad y el cuidado de las personas apreciadas y queridas bien valen un nuevo esfuerzo para prevenir que no se enfermen de COVID-19 y que no experimenten una infección que lesione su salud o incluso pueda costarles la vida.
Las reuniones donde se juntan grupos de personas de diferentes hogares y edades sin adoptar las medidas de prevención —desinfección de manos, uso de mascarillas, distanciamiento de al menos dos metros entre individuos— pueden resultar especialmente peligrosas.
Otra precaución que deberá considerarse es el traslado de las personas, evitando aglomeraciones en el transporte público o la estrechez en el privado. Familiares y amigos que vienen desde otros hogares deben tratar de mantener la distancia social recomendada en los vehículos.
Sería ideal que los encuentros se realicen en ambientes exteriores u optar por hacer reuniones vía telemática.
La contención de la pandemia requiere de la planificación de especialistas y autoridades y de la comprensión y colaboración de los ciudadanos. Las decisiones individuales conforman el comportamiento social, y este debe enfocarse en impedir que se produzcan nuevos contagios en entornos familiares y de amigos. (O)