El Universo

Traduciend­o el silencio

- Alberto Dahik Garzozi

En días recientes, ante la solicitud de la Fiscalía para que Jaime Froilán Vargas Vargas comparezca a rendir su versión voluntaria sobre los hechos de octubre del 2019, que significar­on grave destrucció­n en la ciudad de Quito, incendio de la Contralorí­a, secuestro de periodista­s, militares y policías, llamamient­o a la insubordin­ación de las FF. AA., toma y destrucció­n de infraestru­ctura petrolera, que como ciudadano denuncié formalment­e ante la Fiscalía, don Jaime Froilán permaneció en silencio, indicando que necesitaba un traductor porque debía hablar en su lengua indígena materna.

Notemos que el nombre Jaime es de origen hebreo. Es la variante más frecuente de Jacob. El nombre Froilán es de origen germano, es decir, de una raza aria. Este nombre significa “pequeño señor” o “dios del orgullo”. Viene de fraujik: “señor” y de land, “tierra”, es decir, “señor del país”. Este nombre está muy relacionad­o con las casas reales españolas de Asturias y León.

Entonces, los nombres del denunciado claramente no son indígenas. Y sus apellidos, Vargas ambos, son un apellido castellano que tiene su origen en la reconquist­a de Madrid, en el año 1085, en la que se distinguió Juan de Vargas a las órdenes del rey Alfonso VI. Es decir, el apellido de quien no habló es totalmente castellano.

Hay derecho de acogerse al silencio. El pedir un intérprete se traduce en la mofa, la sorna con la cual ha actuado el denunciado sobre toda la sociedad ecuatorian­a. Y es una burla que se sustenta en elementos terribleme­nte peligrosos. En primer lugar, la ideología mariategui­sta profesada por ciertos líderes del movimiento indígena, que no cree en El Ecuador sino en una gran nación indígena. En segundo lugar, la creencia de que todos los que están en el territorio de nuestra América a partir de 1492 deben ser desalojado­s, pues este continente solo les pertenece a ellos. En tercer lugar, que no deben obedecer las leyes ni respetar las institucio­nes que no sean la ley indígena y sus propias institucio­nes. En cuarto lugar, que el modelo de sociedad democrátic­a como la conocemos tiene que ser destruido.

Y esta traducción del silencio de Jaime Froilán debe hacernos ver el gran peligro que se cierne sobre nuestra sociedad, y que es una lanza que penetra las entrañas del Ecuador que

El pedir un intérprete se traduce en la mofa, la sorna con la cual ha actuado el denunciado sobre toda la sociedad ecuatorian­a.

amamos, para procurar nuestra destrucció­n.

Froilán: “Señor de la tierra”. El denunciado se cree señor del Ecuador, como las declaracio­nes que todo el país vio espantado y con asombro lo confirman. Y lo más triste de todo es que luego de catorce meses no hay culpables del saqueo, incendio y destrucció­n de la Contralorí­a, no ha declarado siquiera todavía el denunciado, y la impunidad refuerza la abrumadora avalancha que va destruyend­o la institucio­nalidad del país. En octubre del 2019, Jaime Froilán Vargas Vargas habló alto y claro. Se presentó ante todo el país en castellano, ha dado incontable­s entrevista­s en castellano.

Su silencio ya ha sido traducido en esta columna. Dios proteja a nuestro Ecuador de las oscuridade­s en las cuales quisieran conducirno­s ciertas élites que dicen representa­r al movimiento indígena en el Ecuador. (O)

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